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El Mercat de Sant Antoni pide la renovación del aire acondicionado

La mitad de los equipos de refrigeración están estropeados y no se han cambiado

Los vendedores del Mercat de Sant Antoni, ayer. àngel sánchez

El Mercat de Sant Antoni pide la renovación del sistema de aire acondicionado, que está parcialmente averiado y no enfría una parte del recinto. También plantea la necesidad de cambiar la actual iluminación.

El presidente del emblemático mercado municipal, Vicent Rovira, explicó ayer que la refrigeración se emplazó hace ya veinte años y dos de los cuatro aparatos han dejado de funcionar sin que nadie los repare. «En la zona central del mercado sube la temperatura, sobre todo ahora con este calor», relató. La amplia reforma que se efectuó hace ocho años en el edificio no incluyó la climatización, de ahí que Rovira plantee la conveniencia de una nueva intervención para cambiar la instalación y modernizar los aparatos. También sugiere que se dote al complejo de dispositivos de bajo consumo de iluminación.

El presidente del Mercat de Sant Antoni confía en que el nuevo gobierno municipal se preocupe por el comercio tradicional y lo promocione a través de campañas informativas. Según aseguró las ventas han bajado en cerca de un 30 % en los últimos años, como consecuencia de la crisis, que ha mermado el bolsillo de los consumidores. También han hecho mella las cadenas de supermercados y las grandes superficies. «Nosotros no podemos competir en precios, aunque tampoco se van tanto, pero sí en calidad. La gente que viene aquí sabe que nuestro producto es de primera. Además, ofrecemos proximidad y un trato personal con los clientes, con los que mantenemos una relación personal», señaló.

Agravio

Por otra parte, Vicent Rovira se quejó de que el Mercat Central recibe un trato preferencial por parte de la administración. «Nos sentimos un poco como el hermano pobre y ellos suelen conseguir más cosas que nosotros», lamentó.

El Mercat de Sant Antoni se inauguró en agosto de 1960 y surgió como respuesta a la demanda de los vendedores de frutas y verduras, que plantearon la necesidad de un espacio cubierto. El primer recinto se limitó a un simple techado, que fue evolucionando hasta el meracdo actual, que tiene una superficie de 274 metros cuadrados. En la actualidad, hay un decena de paradas, una de las cuales está vacía.

Según Rovira, la clientela la componen vecinos de la zona, aunque también trabajan con pedidos de gente de fuera del barrio.

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