La Guardia Civil ha desmantelado una red ilegal de captura, distribución y comercialización de atún rojo en la denominada «Operación Andros», en la que se han intervenido 800 kilos, tanto de ejemplares enteros como de lomos y ventrescas, en un almacén clandestino de distribución de pescado en Vinaròs y diversos establecimientos de restauración de la provincia, según informó ayer el Instituto Armado en un comunicado.

La operación la realizó el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Comandancia de Castellón Al objeto de verificar el cumplimiento de la normativa que regula la pesquería de atún rojo en el mar Mediterráneo y la aplicación del plan para su recuperación, a principios del mes de abril se iniciaron controles sobre pesqueros de la provincia dedicados a la captura de atún rojo, se establecieron cupos de capturas por temporada y se autorizó a diversos pesqueros profesionales a nivel nacional.

Tras tener conocimiento de que un pesquero de los autorizados, con base en el puerto de Castelló, en plena temporada para el desarrollo de esta pesquería, sólo había declarado un 36 por ciento de su cuota, los guardias civiles iniciaron una investigación, en la que verificaron que la tripulación de éste realizaba prácticamente a diario descargas de atún rojo sin llevar a cabo el preaviso de capturas, ni su inscripción en el diario electrónico de a bordo, y eludía su paso por la lonja para su subasta y control sanitario.

Posteriormente, comercializaban los atunes enteros a mayoristas de distribución de pescado fresco de Vinaròs y, tras su manipulación en un almacén clandestino, continuaba con su distribución a otros mayoristas de Cataluña sin el preceptivo etiquetado y documentación.

La tripulación de esta embarcación también llevaba a cabo la distribución y comercialización, sin ningún tipo de garantía sanitaria, de una porción de las capturas diarias, tras su evisceración, en establecimientos de restauración de la provincia.

Tras el seguimiento de las actividades, se procedió a la intervención en un solo día de un total de 800 kilos de atún rojo en el almacén clandestino de Vinaròs, así como lomos y ventrescas en los diversos establecimientos inspeccionados en los que se observaron actividades de comercialización. Tuvieron que ser destruidos al no reunir garantías sanitarias para su consumo.

El valor aproximado en el mercado ilegal de lo intervenido en ese día asciende a unos 16.000 euros, si bien se están ampliando las investigaciones al detectarse que el volumen de negocio podría haber superado los 200.000 euros en los dos últimos meses.

De las actuaciones se confeccionaron informes denuncia que han sido puestos en conocimiento de la Sección de Pesca Marítima del Ministerio.