El debate suscitado sobre el futuro de los bous al carrer en Castelló y en el resto de la Comunitat Valenciana ha puesto a los aficionados en guardia. La idea de retirar los fondos públicos a estos festejos, como proponen Compromís y Castelló en Moviment en la capital de La Plana, ha caído como un jarro de agua fría en el colectivo protaurino porque parte de los costes de estas actividades es sufragada por el ayuntamiento. Lo difícil es saber exactamente cuánto cuestan a las arcas públicas estos espectáculos, ya que, mientras una parte del gasto sale directamente del presupuesto municipal, el resto corresponde a subvenciones que los entes festivos gastan en las distintas actividades -taurinas o no- que organizan.
Si bien la mayoría de toros o vaquillas que se utilizan son financiados por las peñas o collas, otros elementos imprescindibles para el festejo como el seguro, la asistencia médica, el montaje de las instalaciones o la seguridad del recinto corren a cargo de las administraciones locales.
En el Grau de Castelló, el único distrito de la ciudad donde se siguen celebrando bous al carrer, la Comisión de Fiestas -financiada con fondos del ayuntamiento y con ingresos procedentes de sorteos, rifas y otras actividades- cuenta con un presupuesto de 8.000 euros para las vaquillas y costea uno de los nueve toros cerriles que se exhiben, cuyo importe oscila entre los 1.000 y 4.000 euros, según explica el coordinador de actos taurinos de la comisión, David Aixa. El resto de festejos son organizados por las peñas y las collas, que asumen el gasto de los astados. Eso sí, el ayuntamiento se hace cargo del seguro que, según la Asociación en Defensa de las Tradiciones de Bous al Carrer, puede suponer entre 400 y 800 euros al día en función del grado de cobertura, por lo que el coste total oscilaría entre los 21.000 y los 56.000 euros en una semana de fiestas.
Los taurinos aseguran que el 70 por ciento de los bous al carrer los pagan los aficionados a través de sus peñas, pero reconocen que, si se eliminaran las ayudas, algunos festejos desaparecerían. Así lo ve Juan Carlos Paricio, miembro de la junta directiva de la asociación taurina, quien recuerda que otras actividades festivas o incluso deportivas, como las carreras ciclistas, también suponen un coste de organización para los administraciones públicas. Por ello, pide que «no se distorsione la realidad acerca de los bous al carrer» porque, según dice, la mayoría del gasto es asumido por los colectivos taurinos.
Por su parte, el presidente de la Comisión de Fiestas del Grau, Antonio Tirado, considera que la retirada de los fondos públicos supondría «un perjuicio» para las fiestas de Sant Pere, cuyo programa se nutre en gran medida de toros. A preguntas de este diario rehúsa detallar el presupuesto que dedica la comisión a la organización de actos taurinos y prefiere quedarse al margen del debate. Eso sí, defiende que los vecinos del Grau de peñas y collas, así como empresas colaboradoras son las que hacen posible la celebración de los festejos en el distrito marítimo. Si finalmente se abre un debate institucional en Castelló sobre la continuidad de los bous al carrer, la polémica estará servida.
