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Retirarán la placa de alarma de la arciprestal de Vinaròs

El arcipreste anuncia que se eliminará de la portada barroca tras las quejas de colectivos culturales que hablaban de «ataque» al patrimonio valenciano

Retirarán la placa de alarma de la arciprestal de Vinaròs

El arcipreste de Vinaròs, Emili Vinaixa, anunció ayer que se retirará la placa de una empresa de alarmas instalada en la portada barroca de la iglesia arciprestal, lo que motivó que la asociación cultural Amics de Vinaròs calificará el hecho de un ataca a la Ley de Patrimonio Valenciano y exigiera su retirada. Vinaixa, en cualquier caso, lamentó que «ni el presidente de Amics de Vinaròs ni nadie de esta asociación se haya puesto en contacto conmigo para explicarme el tema».

El arcipreste explicó que tras las obras de restauración del templo volvió a conectarse la alarma y encargó a los técnicos que colocarán sendas placas, una en la puerta trasera y otra en la principal. Una placa en la puerta barroca que ya estaba antes de los trabajos de restauración por parte de la Fundación La Luz de las Imágenes, aunque no en el mismo sitio, Indicó Vinaixa. El arcipreste señaló que no quiere ningún tipo de polémica, ni la pretendía, y que se retirará sin ningún problema y se colocará en un lugar adecuado. Y es que el objetivo de esta placa es disuadir a los amigos de los ajenos, que hace unos años se colaron por la noche para robar en el interior del templo, de ahí que se decidiera instalar un sistema de seguridad.

El presidente de Amics de Vinaròs, José Luis Pascual, dijo que no comprende «cómo se ha podido colocar una placa en la portada» y apuntó como lugar adecuado el metacrilato donde se encuentran los horarios de misas y apertura del templo al público. Pascual recordó que la iglesia, y con ello su portada, «está protegida por la Ley de Patrimonio Valenciano y la del estado español, al ser un Bien de Interés Cultural». Existe otra placa idéntica en la parte de atrás de la iglesia, en el acceso a las oficinas y salón parroquial por la plaza San Valente, de la que «no hay nada que objetar».

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