Uno de los objetivos básicos para esta legislatura en Vilafranca tiene nombre: agua. Tras la negativa del anterior Consell y la Diputación de Castellón de solucionar el problema de abastecimiento al municipio, la nueva corporación local insistirá para que se solvente este problema básico.

El consistorio volverá a realizar una ronda de contactos con la administración autonómica para ver si encuentra mayor sensibilidad que la manifestada por los anteriores gobiernos del PP. En el municipio también esperan un cambio de actitud en la Diputación de Castellón, que hasta la fecha no ha atendido los problemas de la localidad.

Este verano se está sobrellevando. Por el momento el agua que entra al depósito es suficiente para el municipio y su industria textil, pero no hay grandes sobrantes. De ahí que la Vila no quiera depender más de las lluvias para garantizar el suministro a los vecinos y a la industria que da empleo a más de 500 personas.

Vilafranca trabaja de manera coordinada con Benassal para gestionar el pozo de Llargueres. No obstante, el municipio considera que se debe perforar un pozo a gran profundidad, tal y como han establecido los informes técnicos de la Confederación Hidrográfica del Ebro. El abastecimiento de agua a la población depende de dos confederaciones, Ebro y Júcar, ya que la localidad se encuentra en ambas vertientes.

Más allá del abastecimiento de boca la gran preocupación es la industria.