Los terrenos de la Fila 13 de Vila-real, que se ubican en el cruce con la calle Ana Nebot y que albergan los huertos urbanos, están experimentando algunos cambios en la distribución de las parcelas.
Según explicó ayer el edil de Agricultura, Josep Pasqual Sancho, «vimos que había demasiado terreno destinado a la formación». Un planteamiento que así corroboraron los técnicos municipales y por el que se ha decidido reducir este espacio para ampliar en doce el número de parcelas destinadas al cultivo de particulares.
También se ha recortado, aunque en bastante menor medida, el terreno del que disponían las asociaciones locales y se han reservado cerca de doce metros cuadrados para la elaboración de compuestos y abonos. Además, «desde el departamento hemos hablado con el área de parques y jardines para intentar que la hierba que se corta de rotondas y otros espacios pueda ser reutilizada en los huertos urbanos para elaborar el abono», agregó Sancho.
Con la reciente creación de doce parcelas más, a las que únicamente les faltan los caballones, el espacio destinado a la formación en agricultura ecológica se queda en cerca de cincuenta metros cuadrados. Asimismo, la lista de espera se eliminará «posiblemente a falta solo de una o dos personas», indicó el edil.
Los usuarios todavía no han entrado en las parcelas ya que antes debe hacerse un nuevo proceso de baremación para adjudicar los espacios a los nuevos interesados. Como ya se hizo el pasado mes de abril, se priorizará a los parados de larga duración y a los mayores de 55 años.
Otros cambios
Por otra parte, el borrador de modificación de la ordenanza que manejan desde el departamento, y que deberá pasar por el pleno municipal, también contempla la ampliación en un año más del tiempo de disfrute de las parcelas «para que los usuarios puedan amortizar mejor la inversión que realizan cuando entran al solar». Y es que, a excepción del terreno y de la boca de agua, el material corre a cargo de cada uno de los usuarios. La posibilidad de prorrogar la concesión se mantiene en un periodo de un año.
La nueva normativa también prevé la prohibición del uso de telas que puedan crear molestias.
