Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Carnes a la brasa en el bar Cañadas

El emblemático establecimiento de Peri 18 deleita a sus comensales con unas carnes a la brasa que potencian sus aromas y sabores gracias al horno «josper»

Carnes a la brasa en el bar Cañadas

A toda persona que se acerca el barrio de Peri 18 de Castelló se le recomienda almorzar de forma ineludible en el bar Cañadas. Un martes por la mañana en pleno agosto presenta una afluencia considerable. Y es que este establecimiento es bien conocido por sus brasas y sus tapas.

El Cañadas fue el primer bar de la capital de la Plana que instaló un asador «josper», que combina la parrilla con el horno, lo que confiere a las carnes unos aromas especiales sin generar molestias de humo en el interior del local. Sus bocadillos son sabrosos y los productos de primera calidad. El espacio apostó por el «josper» en 1990. Había abierto sus puertas en 1981 de la mano de Pablo Cañadas. Atiende a este diario su hijo, Francisco. Es el bar más antiguo de Peri 18, un barrio que se caracteriza por una idiosincrasia propia y donde residen especialmente familias de trabajadores. «Pusimos el horno para diferenciarnos de lo que había entonces, ahora ya hay más en la ciudad», indica Francisco.

Pero sus parroquianos no sólo proceden de la barriada, sino también de otras zonas de ciudad. Es raro encontrar a alguien en Castelló que desconozca el bar Cañadas. «Es un referente», resalta el dueño. Reuniones de amigos, comidas y cenas de empresas y sus almuerzos llenan de recuerdos la historia de este popular local.

El «esmorçar» es la parte «fuerte» del Cañadas. Un bocadillo con pan tostado y una de las variedades surgidas del singular horno despierta los sentidos de los comensales. Se puede disfrutar de panceta, «torraeta», chistorra o longanizas, entre otras carnes. También destaca un chuletón pirenaico (una pieza de carne gruesa con la corteza crujiente).

De la carta de tapas cabe mencionar el «esgarraet», escalibada, ventresca de bacalao o conejo a la basa. Por sólo cinco euros, los comensales pueden degustar un bocadillo, una tapa, bebida y el típico carajillo «cremaet».

Con una decoración sencilla, los clientes habituales han convertido el almuerzo en el Cañadas en uno de los momentos principales del día. Esa media hora de desconexión es esencial para muchos para poder continuar con los quehaceres cotidianos.

Compartir el artículo

stats