Adrián Marín volvió a pisar un terreno de juego transcurridos 297 días desde que le detectaran una extraña lesión en su rodilla izquierda. Recuperado en lo físico y en lo psicológico, ayer fue talismán para el Villarreal B, que logró una apabullante victoria en el Rico Pérez ante el Hércules. «Era impensable sacar un resultado así de este campo. Es difícil de repetir. Estamos más que orgullosos del trabajo de todos. No ha sido un partido muy brillante, pero sí efectivo. Sufrimos al principio, pero después marcamos la diferencia», dijo el joven lateral.

El joven lateral dijo de su reaparición después de casi diez meses de baja que «se me han hecho los días y las noches eternas, por no saber cuándo iba a volver a jugar. Este domingo ha sido especial para mí porque he vuelto a jugar. Me falta ritmo, pero tengo más ilusión que nunca».

La clave para el arranque, según el futbolista pachequero, está en « el compañerismo», para agregar que «bajé al filial la semana pasada y me sorprendió el gran ambiente que hay en el vestuario y la generosidad de todos. Hay mucho talento. Ser un bloque sólido será lo que dará los resultados y, de momento, no nos puede ir mejor. Y toca seguir trabajando con esta ambición que demostramos cada fin de semana».

Pese al gran momento, Adrián Marín dejó claro que «siempre estamos con los pies en el suelo. La humildad es uno de los grandes valores de este club y se enseña desde las bases. Estamos contentos por cómo nos están yendo las cosas». El próximo sábado a las 19.00 horas el Villarreal B recibirá al Atlético Levante.