Los dos ascensores que comunican los andenes de la estación ferroviaria de Vila-real a través de la pasarela metálica elevada ya funcionan con normalidad desde que el martes a las 12.00 horas se colocara la última pieza que puso fin a la avería que los mantenía inoperativos, según informaron ayer fuentes de Renfe.

No obstante, los ascensores estuvieron fuera de servicio casi una semana, cosa que hizo saltar todas las alarmas y desató el descontento entre los usuarios. Quejas que, incluso, llegó a recibir el alcalde de la ciudad, José Benlloch, pese a no tener las competencias para actuar y solucionar el problema. Es por eso que el lunes el munícipe elevó en el pleno una propuesta de alcaldía con carácter urgente para exigir la reparación de los elevadores.

Asimismo, Benlloch aprovechó el documento para exigir la construcción de un paso subterráneo y suprimir el actual y controvertido paso elevado que se construyó en 2012 y que ha sido un constante motivo de debate, a pesar de que el lunes la propuesta de alcaldía contó con el apoyo de todas las fuerzas políticas del consistorio, incluida la del Partido Popular, artífices de la infraestructura. En esta línea, el portavoz del PP, Héctor Folgado, le aseguró al alcalde que «contará siempre con nuestro apoyo», reconociendo en cierta medida que la obra no ha dado los mejores resultados.