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El cambio silencioso de Ramírez

El nuevo Castellón bate registros sin levantar la voz Dieciocho goles en siete victorias, con los jóvenes Meseguer y Pruden en cabeza, aúpan al equipo a la tercera plaza La cantera provincial gana protagonismo en comparación con el curso pasado

Ni Kiko Ramírez tiene el carisma de Ramón María Calderé, ni Pruden el currículum de Rubén Suárez, ni Meseguer el nombre de Negredo, ni falta que les hace. El Castellón igualó el domingo la mejor racha del venerado equipo del año pasado, y culminó la primera vuelta en la tercera plaza con 31 goles y 34 puntos. Las siete victorias consecutivas de Kiko Ramírez suponen la tercera mejor racha de la historia del club, un logro alcanzado haciendo frente a una serie de condicionantes que aumentan el valor de la remontada.

Cuando Kiko Ramírez tomó las riendas del vestuario, el Castellón llevaba diez jornadas sin ganar y estaba a 13 puntos del líder, muy cerca de caer en la zona de descenso a Preferente. La estrepitosa derrota en Castalia ante el Novelda, en el culmen del caos táctico que condujo al Castellón al drama, provocó la destitución de Calderé. Casi en sigilo, sin regalar grandes titulares ni alzar la voz más de la cuenta, Kiko implantó un orden táctico básico y dejó, sin atender a nombres o jerarquías, que desde la calma floreciera el talento. Ha sido el suyo un cambio real y silencioso.

El vacío de liderazgos que dejó la salida de hombres importantes ha sido ocupado por varios jugadores. El club necesitaba, en un momento crítico, el paso al frente de futbolistas jóvenes. Han funcionado los secundarios (la irrupción de Luismi Ruiz como principal ejemplo) pero también las primeras espadas. Meseguer lleva siete goles en ocho jornadas, y ocho son también las asistencias de Pruden en lo que va de temporada. Los dos tienen 21 años.

El cóctel vale para aprender un once casi de carrerilla (fijo el sostén Castells-Marenyà en el medio), superar las bajas de Rubén Fonte y Gaizka Saizar en la delantera y sumar siete victorias consecutivas. Por delante, en la historia del club, solo quedan las ocho que logró Manuel Cruz en la temporada 1957-58, y las doce de Pedro Sará en la 1964-65, ambos en la antigua Tercera.

En el camino, además, la cantera provincial ha recuperado peso en el proyecto albinegro. Si el Castellón que cayó derrotado en Haro durante la promoción solo empleó a un futbolista provincial (Guille Vázquez), el que venció el domingo al Recambios Colón en Castalia acumuló seis de la terreta (Luismi Ruiz, Jesús López, Marenyà, Meseguer, Dani Escriche y Gerard). Lejos de los lujos del Castellón Aerocas, de los alardes de Calderé y del caviar de Rubén, Kiko insiste en su teoría: «equipo obrero».

Mejores números

Por el momento, los resultados le están dando razón. El Castellón 2015-16 lleva un punto más que el Castellón de la contagiosa euforia del año pasado, a estas alturas de temporada (34 a 33), y ha marcado tres goles más de postre (31 a 28).

Sin embargo, ese fervor numérico no se está traduciendo en las entradas a Castalia. Pesan diversos factores: la fractura del consejo con parte de la afición albinegra, que viene de tiempo atrás, la diferencia de venir de un casi descenso a Regional Preferente a hacerlo de un casi ascenso a Segunda División B, o los polémicos precios y el horario matinal, que no termina de cuajar en espectadores, entre otros incovenientes.

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