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El baile Blandengue

El Boom Club benicense acoge esta noche la actuación de los castellonenses FKA Blandengue. Fácil: «Tecnología, antropología, conspiranoia y aliens»

El baile Blandengue

Hace unos años, en una de esas horas tontas de las tardes del FIB, un colega le reprochó a Juan Roca cierto exhibicionismo hedonista. Juan acabó la maniobra, se giró y, antes de seguir a lo suyo, soltó una de sus sentencias: «la mayoría aquí no me conoce, y los que me conocen ya saben cómo soy». Como casi siempre, no hubo más que darle razón.

Años después, la escena viene a la memoria en la previa de la actuación de FKA Blandengue, un grupo que solo te atreves a fundar y liderar si los que te conocen ya saben cómo eres, y si lo que puedan pensar los que no te conocen te da exactamente lo mismo.

FKA Blandengue son Pablo Fábrega (bases y sintetizadores), Fede Trillo (guitarra y lo mismo) y Juan Roca (voz, percusiones, gorra de leds y lo que surja). A lo que hacen lo llaman post punkalao: un poco de new wave, un poco de techno industrial noventero y letras en castellano. «La historia comienza en 2011», explica Juan, «yo estaba viviendo en Madrid y monté un grupo con unos amigos. Se llamaba Pastor Eléctrico y el objetivo era convertirse en un grupo de rancheras techno. La idea era salir vestidos de cybermariachis, así con leds en los trajes y tal, haciendo corridos y rancheras pero aceleradas y con bases electrónicas». Inexplicablemente, el proyecto no cuajó. «La cosa se quedó en una maqueta a medio grabar y me tuve que volver a Castelló por otros motivos».

La luz

Pese a todo, al regresar, Roca conservaba «las ganas de hacer el mongol en un escenario». El insignificante «problema» era «no tener ni puta idea de música». Ahí es donde consigue «engañar a Pablo para que hiciera alguna base, y luego contar la película a Fede», que «tiene el culo pelado de tocar en bandas, y de alguna manera accedió».

Ya estaban los músicos, pues. Faltaban las canciones. «Quería hacer un grupo oscurete, pero que no tuviese letras megabajoneras en plan me corto las venas». En FKA Blandengue, Juan canta sobre «tecnología, antropología, conspiranoia y aliens: cosas que me interesan». El resultado es más sencillo de ver que de explicar (obvio) y en la práctica funciona (más obvio). Risas, bailes, héroes de la noche y anhelos de juventud infinita. Hoy comparten escenario con Chimo Bayo («Dios») en el Boom Club de Benicàssim, con Caries pinchando a los platos.

Y todo esto, Juan, ilustrador, viñetista y artista variado, ¿por qué? «Pues no sé, supongo que por una parte está el querer contar algo, y luego otra parte más cínica en mí me dice que esto lo hago porque me estoy haciendo viejo y es como un pataleo para evitar entrar en barrena en los cuarenta, como esa gente de mi quinta que de repente se compra una bici de montaña de tres mil euros o unas zapatillas de running y se ponen a hacer maratones, que ya pueden correr, ya, que la vejez les alcanzará igualmente. Lo de montarte un grupo a los treintaymuchos en el fondo es lo mismo pero, bajo mi punto de vista, un poco menos patético».

Al menos no soy runner, un consuelo del baile Blandengue.

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