El stock de viviendas sin vender y la falta de inversión extranjera mantienen en punto muerto al sector de la construcción de Castelló. Las transacciones de la actividad inmobiliaria suponen un tercio de las ventas que se realizaban en la provincia en la época de bonanza económica, y el 80 % de las mismas corresponden a casas de segunda mano.
Castelló formalizó en los tres primeros trimestres de 2015 un total de 4.509 operaciones de compraventa, según la estadística del Ministerio de Fomento. Registró un incremento de un 13 % respecto al mismo periodo de 2014, pero esta supuesta mejora está muy lejos de apuntar una recuperación del sector, ya que sólo un 18 % corresponde a nuevas construcciones.
«El sector se mueve muy poco, la mayor parte de las transacciones son de entidades financieras y de particulares», explica Fermín Renau, representante de la patronal provincial de la construcción (Apecc). «La actividad se encuentra en manos de los bancos y cuando éstos vean que el stock está superado se empezará a construir de nuevo», añade Renau.
El excedente de viviendas es la principal razón que explica el parón de la construcción. Castelló, al igual que el resto de territorios de España, se pasó de frenada en la etapa de crecimiento y con el ritmo actual de compraventas las fincas ahora vacías tardarán más de cinco años en salir al mercado.
Un informe de Fomento referente al año 2014 sitúa el stock de pisos en Castelló en 27.275, sólo un 2,2 % menos en relación a 2013. Castelló, añade el estudio, es la primera provincia de España con mayor porcentaje de stock sobre el parque de viviendas, con un 6,45 %, y es la cuarta con más fincas por traspasar, siendo superada por Barcelona, Alicante y Madrid. Con 587.000 habitantes, acumula el 5 % del stock del territorio nacional e, incluso, sobrepasa a la provincia de Valencia, que la cuatriplica en población.
La disminución de estas 27.275 fincas en desuso se podría acelerar si se dispararan las ventas, pero las estadísticas del ministerio muestran un incremento de las mismas muy endeble por la contracción de las economías familiares. Una alternativa que podría compensar la parálisis de la demanda nacional, afirman los expertos, sería la inversión de compradores extranjeros. Los datos de Fomento evidencian que Castelló sigue ignorado por el mercado internacional. Las operaciones de ciudadanos foráneos apenas comprendieron un 15 % de las transacciones inmobiliarias en Castelló de enero a octubre de 2015. Formalizaron 702, que abarcan únicamente un 5 % de las cifras globales de la Comunitat Valenciana. Alicante acapara el grueso de los inversores extranjeros.
Para la patronal castellonense, esta circunstancia radica en el escaso vigor de la industria turística de Castelló. «Alicante se ha movido mucho mientras la provincia todavía no está posicionada en el mapa turístico y no se la conoce a nivel internacional. Se sabe algo de Peñíscola y cuando sales de Francia y Reino Unido ni eso», señala Renau. Destaca que ahora hay un interés de la Administración en potenciar la promoción de Castelló y confía en que una futurible llegada de nuevos turistas ayude a impulsar la construcción.
La entrada de capital internacional se atisba crucial para disminuir el stock inmobiliario, que se concentra sobre todo en las localidades del litoral de la provincia.
