Las donaciones económicas de los cargos públicos como fuente de financiación no son exclusivas del PP de Valencia, investigado por un posible delito de blanqueo en el marco de la operación Taula. También han sido una práctica habitual en el PP castellonense, sobre todo para colaborar en las campañas electorales. Así lo corroboran cargos populares, que niegan de forma tajante que después dichas cantidades se reembolsen en efectivo.

Las donaciones están en el punto de mira de la operación Taula, centrada en Valencia, en la que se indaga el cobro de comisiones en el PP y la financiación irregular del partido. Concretamente, investigan si los concejales y asesores del Ayuntamiento de Valencia, que son más de 50 cargos públicos, ingresaron en la cuenta del partido 1.000 euros cada uno para la pasada campaña electoral y luego ese dinero les fue devuelto en metálico, dentro de un sobre, lo que podría constituir un delito de blanqueo de capitales.

La colaboración económica con el partido ha sido también habitual en el PP castellonense, sobre todo para financiar las campañas electorales. Así lo atestiguan diferentes cargos, que dejan claro que nunca se les han reembolsado dichas cantidades. En la misma línea, la documentación aportada por el PP a la Audiencia Nacional (en el marco de la investigación de la presunta contabilidad B) reflejó las donaciones efectuadas por mandos del partido en Castelló. En la nómina de filántropos destaca Carlos Fabra, quien entregó en 2011 un total de 4.700 euros, o su hija, la exdiputada nacional Andrea Fabra con 500 euros. En la relación de mecenas también aparecieron otros nombres relevantes, como los de Vicente Rambla y Ricardo Costa.

Carlos Fabra admitió unas donaciones que, según dijo, eran una práctica habitual. «¿No puedo dar a mi partido lo que quiera? Pues sí, un año le doné 4.500 euros porque era necesario. Yo estaba retribuido y consideré que se necesitaba aportar dinero al partido de mis ingresos como presidente de la diputación, como han hecho otros cargos», aseveró al ser preguntado por este diario. Además, al año siguiente, aportó otros 500 euros y pidió esa cantidad a medio centenar de cargos del partido. De éstos, «hubo quien no lo hizo y no se le reprendió», aunque la mayoría sí que accedió. «Si éramos 50 cargos electos, pues fueron 25.000 euros que pudieron solucionar en aquel momento alguna situación financiera delicada del partido, porque nunca hemos nadado en la abundancia», relató.