La calle Sant Blai cerró ayer los festejos en honor al santo que le da nombre. La jornada, marcada por una gran carácter religioso, comenzó a las nueve de la mañana con la tradicional «despertà». A media mañana, tuvo lugar el traslado del santo desde casa de los clavarios de las fiestas, María Lidón Gomis y José Luis Rubio, en el número 11 de la emblemática calle. Tras recoger la imagen de Sant Blai, los miembros de la comisión, autoridades y entes invitados fueron en procesión hasta la parroquia de la Santísima Trinidad en la que se realizó la tradicional misa, impartida íntegramente en valenciano, por el prior de la Basílica de Lledó, Josep Miquel Francés.

Tras finalizar el acto religioso, se celebró la exaltación de les Festes de Carrer, y el nombramiento del Blaier d'Honor 2016, Maruja Montañés. A las 14.00 horas, se repartió el típico «bescuit», un pan bendito, y la estampa conmemorativa a los presentes. Por la tarde, tuvo lugar una chocolatada, seguida por una exhibición de bailes regionales con el Forcat. A las 19.30 horas se celebró la veneración de la reliquia de Sant Blai y alrededor de media hora después tuvo lugar la «tornà» de la imagen del santo a casa de los clavarios donde se aprovechó para nombrar a los clavarios del próximo año. Al finalizar el nombramiento, se disparó una traca de colores y un castillo de fuegos artificiales que pusieron el broche de oro a un intenso fin de semana.