El Celta de Vigo no ha dado por entregada la final de la Copa del Rey, a la que no accede desde hace quince años, y espera que Balaídos sea esta noche un aliado más para una difícil remontada ante el Sevilla, un rival que desde su claro 4-0 de la ida se muestra prudente para la vuelta de esta semifinal ante los gallegos.

El resultado obtenido la pasada semana en el Sánchez Pizjuán no estaba en los planes de los sevillistas más optimistas, pero tras lograrlo en el seno de club siempre se han manifestado cautos ante la posibilidad de volver a una final de la Copa, que disputaron por última vez en 2010 y la ganaron por 2-0 en el Camp Nou al Atlético de Madrid.

Cuatro días después de verse ambos equipos en el estadio Balaídos, ya que el pasado domingo jugaron en la Liga (1-1), volverán a verse en el mismo escenario en este carrusel entre hispalenses y vigueses que les ha reunido tres veces en ocho días.

Con Nolito todavía lesionado, el técnico argentino Eduardo «Toto» Berizzo apostará por un once similar al que actuando últimamente, con las posibles novedades de Marcelo Díaz en el doble pivote y Claudio Beauvue, que el domingo se estrenó como goleador celeste, en el costado derecho. Por su parte, Emery medita realizar ciertas rotaciones.