Esta mañana se ha eliminado el último elemento considerado como exaltación del franquismo que todavía perduraba en el municipio de Nules: las dos placas de mármol presentes en la fachada de la plaza Mayor de la iglesia arciprestal de San Bartolomé y San Jaime.

Este gesto, muy reivindicado históricamente en el municipio por partidos como EU y PSPV, ha sido posible tras ponerse en contacto el consistorio con el obispado y transmitirle su deseo de dar cumplimiento a la Ley de Memoria Histórica. Según confirmaron ayer fuentes municipales, desde el Obispado se trasladó solicitud a la conselleria de Cultura, que autorizó la retirada, aunque señalando que las placas "no pueden ser destruidas, porque son consideradas como un documento histórico". El ayuntamiento, tras quitarlas, las entregará a la Iglesia.

Aunque lo cierto es que estos elementos no son propiedad de la parroquia, ya que, como confirmó ayer el Cronista Oficial de La Vila, Vicent Felip Sempere, fueron colocadas por organismos públicos previamente a la inauguración del templo reconstruido por Regiones Devastadas. De hecho, esta sería la razón que habría dado la Parroquia para justificar no haberles retirado hasta ahora.

De este modo, el ayuntamiento asumió la responsabilidad de descolgar ambas placas de mármol. Una de ellas hace referencia expresa al dictador Primo de Rivera, mientras que la segunda, recogía los nombres de diferentes vecinos del municipio asesinados durante la Guerra Civil, la mayoría de los cuales no tendrían vinculación política expresa y habrían sido asesinados "injustamente por ser gente de Iglesia", tal y como explicó ayer Sempere, aunque también había entre ellos al menos dos falangistas.

Descolgar las dos losas de mármol sin deteriorarlas no ha sido tarea sencilla porque tienen grandes dimensiones, por lo que tuvo que emplearse un camión con brazo articulado. Los trabajos han despertado expectación entre los viandantes, que convivían desde los 60 con estos elementos donde en su día se realizaban las ofrendas a los caídos, una costumbre que se perdió con la llegada de la democracia.