Cuando llegó Kiko Ramírez al banquillo del Castellón, el equipo se enfrentaba a un grave problema. Los albinegros eran uno de los peores locales de la categoría Sólo habían sumado cinco puntos de los quince en liza, tras perder contra el Ontinyent y el Novelda, empatar frente al Atlético Saguntino y el Villarreal C y únicamente sumar la victoria contra el Jove Espanyol.
Una de las misiones del técnico catalán era recuperar sensaciones en casa y convertir el estadio orellut en un fortín. De momento, el tarraconense lo ha logrado porque tras 8 partidos como local con Ramírez en el banquillo, el Castellón ha ganado seis y únicamente ha perdido uno. De hecho, los albinegros podrían cumplir tres meses sin perder en casa si superan al Alzira este domingo.
Pero la trayectoria de Kiko Ramírez como entrenador de los de la Plana en casa no disfrutó de un estreno brillante. En la jornada 12, el 1 de noviembre, los albinegros cayeron por 1-2 contra el Orihuela. Desde entonces, todo han sido alegrías a excepción de un tropiezo inesperado.
La buena racha albinegra comenzó en la jornada 14 con el triunfo frente al Crevillente por 2-1. Tras esto, los castellonenses han superado en Castalia al Torre Levante (2-1), al Buñol (3-0), al Recambios Colón (3-0), al Rayo Ibense (1-0) y al Borriol (1-0) en el hasta ahora último duelo disputado en casa. El único patinazo inesperado se produjo en la jornada 22, el pasado 24 de enero. Los orelluts perdieron dos puntos en los últimos minutos contra el Acero. El colista igualó en la recta final mediante un penalti que significó el 1-1 final.
