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Benicarló aprovechará la salida de monjas para llevar l'Escola del Mar al convento

Tras el abandono de las franciscanas, el espacio podría acoger las instalaciones que actualmente acoge el comedor social, la Unidad de Respiro del Alzhéimer, la asociación Ateneu o el colectivo Afivna

Benicarló aprovechará la salida de monjas para llevar l'Escola del Mar al convento

Las conversaciones con las monjas franciscanas que en pocos días abandonarán Benicarló para trasladarse a Logroño y por lo tanto dejarán de utilizar las instalaciones del convento avanzan por buen camino, según informó ayer la alcaldesa de Benicarló, Xaro Miralles.

Tanto es así, que podría tener una gran influencia en el contrato que mantiene el consistorio con la Fundació Caixa Castelló y que vincula a la antigua Escola del Mar Irta como espacio que acoge diferentes servicios sociales, como el Comedor Social, la Unidad de respiro del Alzheimer la asociación Ateneu o Afivna. Así, se han realizado reuniones trasversales con Bienestar Social, el OACSE y Urbanismo ya que se está considerado seriamente trasladar las instalaciones existentes en Irta al convento, así como también el Centro de Día 9 de Octubre con 18 plazas y una larga lista de espera; «esto permitiría ampliar el número de plazas y mejorar las condiciones del centro porque el convento tiene zona ajardinadas y unas instalaciones magníficas». Esta semana se ha realizado una visita con los arquitectos municipales para comprobar cómo se podrían dividir las instalaciones, «aún no hemos hablado de temas económicos, ni de convenio, pero se puede avanzar que estamos trabajando en este tema», afirmó Miralles. El traslado requeriría alguna obra de subdivisión de espacios, «se podría convertir en dependencias dedicadas a Servicios Sociales». La parte de capilla y sacristía se han cedido a la parroquia.

Además, la alcaldesa recordó que las monjas se pusieron en contacto con ella tan pronto tomó posesión de sus cargos la nueva corporación y que manifestaron que abandonarían Benicarló, pero que deseaban que el convento no permaneciese cerrado, sino que se hiciese cargo el ayuntamiento o un organismo privado. Ya entonces estaban manteniendo contactos, tanto con el colegio La Salle como con otras empresas privadas con el fin de conseguir este objetivo, «el convento es muy grande y tiene muchas posibilidades», indicó Miralles. La alcaldesa añadió que está en muy buenas condiciones porque lo han mantenido en un estado óptimo a lo largo de su estancia. Miralles puntualizó que las conversaciones han continuado durante los últimos ocho meses, al fracasar los contactos mantenidos con La Salle y con empresas privadas

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