De Manu Trigueros a Carrascosa, de Julio Velázquez a Joan Esteve. Los derbis entre el Castellón y el Villarreal C en Miralcamp han tenido distintos protagonistas que explican el devenir de albinegros y amarillos en los últimos tiempos en Tercera División. Desde una hornada envidiable con hombres que ahora juegan en Primera hasta la primera victoria de los orelluts en suelo vilarrealense, veinte años después. El domingo se añadirá un capítulo más a esta historia que acumula ya cuatro precedentes.

La explosión de Manu Trigueros

La primera vez que el Castellón visitó la Ciudad Deportiva de Miralcamp, Javier Cabello ocupaba el banquillo albinegro y un azerí, Rizvan Umarov, vestía la camiseta del equipo de la Plana. Pero el protagonismo absoluto se lo llevó un talaverano de veinte años, que había recalado en el Villarreal procedente del Murcia.

El partido se disputó el 11 de noviembre y Manu Trigueros, por entonces un desconocido para el gran público, guió al segundo filial amarillo a la victoria. El mini submarino estaba repleto de nombres que, en pocos años, han llegado a debutar en Primera División como Moi Gómez, Gerard Moreno o Edu Ramos y otros nombres que han llegado a Segunda División como Juanto Ortuño. Dirigidos por Julio Velázquez, que entrenó al primer equipo en el año en Segunda División, los amarillos le dieron un repaso a los albinegros en una temporada en la que fueron de más a menos. La fuga masiva de jugadores al B, que buscaba la salvación en Segunda División, lastró al C en la segunda mitad de la campaña.

Por su parte, el Castellón vivía su primera temporada en Tercera de esta experiencia. Obligado a ascender, el club apostó por veteranos y viejas conocidos como Miguel Ángel, Juanjo o Héctor Peña. Pero su mal rendimiento fuera de casa le impidió meterse en puestos de play-off y la falta de gestores propició la marcha de muchos jugadores, lo que obligó a terminar la campaña con hombres de la cantera como Aarón Torlà, Jordi Marenyà, Álex Felip o Marc Cosme como titulares.

En plena remontada

La temporada 2012-2013, el Castellón comenzó con el objetivo de no descender a Preferente y se metió en la promoción de ascenso. El equipo, dirigido por Pedro Fernández Cuesta y en el primer año con David Cruz como presidente, apostó por una austeridad obligada y montó su plantilla con hombres de la cantera.

Pero el arranque no fue nada halagüeño. Los albinegros sólo sumaron dos puntos en cinco partidos, pero enderezaron su rumbo a partir de entonces para acumular una racha de una sola derrota en quince partidos. Este encuentro llegó durante este buen tramo competitivo. El Castellón se adelantó en la primera mitad mediante un tanto del almenarense Charly Gracia, pero Iván Agudo empataba en la segunda mitad y privaba a los de la capital del triunfo.

Los amarillos, en una temporada bastante irregular donde acariciaron en muchas ocasiones puesto de promoción, terminaron séptimos a nueve puntos de la cuarta posición que ocupó el Castellón.

Peris no sabe ganar

La temporada 2013-2014, el Castellón arrancaba con la imperiosa necesidad de ascender, pero se vio obligado a luchar por la permanencia hasta casi el final. Jorge Peris, entrenador del Juvenil A, se hizo con las riendas del equipo, pero pronto el mal ambiente se fue apoderando del vestuario y los resultados se resintieron. Alcanzaba el Castellón la cuarta jornada con la mosca ya detrás de la oreja. Sólo un empate en tres partidos no era bagaje para un conjunto construido para el ascenso. Pero la primera victoria de la temporada no se produciría en Miralcamp.

Los visitantes se adelantaron en el minuto 3 mediante un tanto de Adolfo Sanz. Pero el equipo terminó pidiendo la hora porque en el minuto 59 Cristian Herrera igualaba la contienda y el Villarreal C apretó en busca de la victoria.

Peris sólo aguantó hasta la jornada 8 y, tras el paso de Pepe Soler y Juan Carlos Ortiz, los albinegros lograron la salvación con Ramón Moya. Pero la temporada terminó con un vestuario fracturado y el equipo del año anterior completamente deshecho.

Victoria al fin

El Castellón se había impuesto en la temporada 1993-1994 al Villarreal en Segunda División. Era la jornada 37 y los albinegros ganaron por 0-1 pero en el último compromiso liguero fueron incapaces de lograr la salvación. Desde entonces, pasaron 20 años sin que el Castellón ganara en Vila-real, ya fuese al primer equipo o a sus filiales, en Liga o en Copa.

Se puso fin a la racha la temporada pasada, nada más empezar la campaña. En la segunda jornada, con un Pablo Carrascosa protagonista en su mejor partido como albinegro, el conjunto de Joan Esteve vencía 3-1. Víctor Pino completaba el resultado, mientras que Rabo puso el 2-1. Luego, tras un octubre nefasto, Esteva cayó en desgracia y Ramón Calderé tuvo que reemplazarle. El idilio con el catalán se rompió en un play-off sin premio, ni consuelo.