El Castellón encontró el equilibrio exacto entre el orden, el orgullo y el talento para voltear un partido a cara de perro en el Mini Estadi de la Ciutat Esportiva. El Villarreal se adelantó muy pronto en el marcador, al culminar Mario en el minuto 6 una contra lanzada por Raba, pero los albinegros, una vez superado el tembleque y asentados sobre el verde, fueron imponiendo poco a poco sus argumentos para vencer donde nadie había vencido. Los de Kiko Ramírez voltearon el marcador en la segunda mitad, con goles de Tariq y Antonio hasta el 1-2 definitivo, tras sufrir en bloque hasta el final para cerrar un triunfo que en clave albinegra vale muchísimo. El Castellón se sitúa a cinco puntos del líder del grupo, el Atlético Saguntino, y aleja al quinto clasificado, el Villarreal C, a cinco puntos más el extra de la diferencia particular de goles.

El derbi provincial fue entretenido y tuvo de todo. Goles, tarjetas, pases, choques, regates, patadas y codos. El césped acogió húmedo a dos plantillas de superior categoría. Algunos jóvenes amarillos, caso de Raba o Morlanes, dejaron claro que solo la edad los separa de divisiones más altas. La mezcla autóctona y veterana del Castellón exprimió, para alegría de su afición, su hasta ahora dudosa vena competitiva. Y lo hizo en un escenario clave, en una situación de desventaja y frente a un rival de calidad, lo que aumenta el mérito de los de Ramírez, que salieron muy reforzados de cara a la recta final de la temporada.

Ayer, de entrada, el saque inicial dio paso a una larga posesión del equipo local. Pero no fue así, en el juego posicional, cómo hizo daño el Villarreal C. El segundo filial amarillo resultó en realidad letal en transición. Así se adelantó en el marcador, en el minuto 6, cuando Raba aprovechó una pérdida de Castells en el medio para lanzar la contra con potencia. Raba fijó a la zaga albinegra y abrió a la izquierda para Belizón, cuyo centro embocó el ariete Mario en el segundo palo. El manual del contragolpe estuvo a punto de sentenciar el partido apenas cuatro minutos después. Esta vez la pérdida fue de Tariq y la catapulta de Morlanes. En cambio, esta vez Mario envió el remate fuera.

El Castellón, aturdido de inicio, incapaz de descifrar la posición de Raba en el enganche, fue entonándose a medida que avanzó el primer acto. Primero en un par de balones que aseó Tariq arriba, y luego en torno a la personalidad de Charlie Meseguer. El 10 albinegro dejó su huella en el minuto 36, señalando el camino. Solo con correr y percutir no le iba a bastar al Castellón para sobrevivir en Vila-real. En el brete, Meseguer anudó una jugada de apoyos, empezando en la defensa y asociándose con Juanfran, Castells y Carrillo, ancho y profundo de lado a lado, hasta buscar el pase picado a Tariq. No hubo gol porque se cruzó Miguelón valiente al límite, pero ahí cambió el partido.

Pronto se desparramó, en el tramo final del primer acto. Las intentonas del Villarreal C se redujeron a lo individual. Ya había perdonado Raba antes con una acción de fintas y regates que exigió la intervención de Álvaro, igual que después en un tiro lejano con colmillo. Al Castellón le vino mejor el paisaje de pierna fuerte que permitió el colegiado. Acumuló chances a pelota parada, siempre con el pie izquierdo de Juanfran como protagonista. Normalmente se quedó en el casi, pero cuando halló portería respondió el meta Joan, con una gran mano en el minuto 47.

En el descanso, el Castellón olió la sangre y salió a por el partido. Marenyà se multiplicó en el centro del campo, una vez más, y comandó el asalto a la fortaleza amarilla. Avisó en un disparo desde la frontal que rozó el palo derecho, y provocó el penalti de la igualada al anticipar un pase errado por Miguelón en la salida. Tariq, con suspense y desde los once metros, igualó el luminoso.

Fueron esos los mejores minutos del Castellón. Creció Castells con la escoba, se compincharon Meseguer y Marenyà entre líneas y dominaron balón y territorio. El excesivo barroquismo de Ebwelle estropeó varios ataques, y el Villarreal C pareció tomar resuello con el carrusel de sustituciones.

En cambio, el Castellón guardaba una bala. En el minuto 83, Antonio embolsó en el área un centro largo de Juanfran. El gigante Antonio se disfrazó de héroe castellonense, a lo Tombatossals magdalenero. Antonio definió con calma y acierto en el área y el Castellón resistió en el alambre el arrebato final del segundo filial amarillo. El portero Álvaro Campos evitó el empate a pies de Mario y Arturo desvió un centro envenenado de Belizón, sobre la hora. El suspense duró hasta el último segundo de los cinco minutos de añadido. Álvaro cazó el balón suelto en el barullo de un córner y el Castellón abrazó feliz una victoria superlativa.