Algún gintónic, ron con naranja o chupitos de orujo de hierba aderezan durante las fiestas de la Magdalena los contundentes almuerzos del restaurante Eleazar, que se fundamentan en bocadillos con carne y embutido a la brasa. «Venimos aquí por el trato al cliente y por la calidad del producto», subraya Paco López.
Grupos de amigos se aposentaban ayer en su mesas, terraza y barra para coger fuerza Su tradicional menú, el establecimiento de la calle Ximénez (junto al Teatre Principal) ha incorporado la anguila de «all i pebre».
Por 5,50 euros se puede degustar un bocadillo, un plato de aceitunas, un carajillo más bebida (vino con gaseosa o cerveza de barril).
El abanico de entrepanes es rico y variado. Hay de lomo, ternera, longaniza, morcilla, chorizo, panceta, pechuga de pollo, jamón serrano y sobrasada y queso. Se puede acompañar por tapas tales como patatas bravas o con salsa roquefort, ensaladilla, sepia a la plancha, ensalada de bacalao inglés (con tomate, cebolla, bacalao y olivas), sepia a la plancha, gambas al ajillo, queso curado al romero y queso manchego semicurado y manitas u orejas de cerdo.
Un cliente muestra un plato vacío que llevaba sepia y subraya que estaba «exquisita y espectacular».
El restaurante Eleazar abrió sus puertas en 1984 y en el año 2000 se incorporó al grupo Navarra tras fallecer su dueño (llamado Eleazar), que era hermano del propietario del Navarro.
Subraya en su hoja de presentación que busca «la máxima calidad tanto en los productos como en el servicio, seleccionando los mejores ingredientes en los platos y cuidando hasta el más mínimo detalle en la elaboración y la atención al cliente». La clientela constata estas afirmaciones.
