La irrupción de exlegionarios en la procesión del Santo Entierro de Castelló de la Plana, que será permitida este viernes por el obispo de la diócesis, Casimiro López, no es un hecho aislado en el panorama estatal ya que son varias las asociaciones de antiguos caballeros legionarios de Cataluña y la Comunitat Valenciana que han apostado estos años por tomar el espacio público para visibilizarse pese a no contar con tradición alguna ni presencia histórica de la Legión en las ciudades y pueblos en los que irrumpen con su Cristo de la Buena Muerte y otros símbolos.
Ya en 2012 hubo sorpresa en Mataró por la «inesperada presencia de grupos de exsoldados de la Legión, uniformados y con armas, desfilando en la procesión del Sábado Santo» según la prensa catalana. A raíz de aquel desfile hubo numerosas críticas ciudadanas a las cofradías que organizaban la procesión del Santo Entierro en la capital del Maresme y lo mismo ocurrió aquel año, en otros días sacros, en procesiones similares de Roquetes y Sant Pere de Ribes, en las que desfile militar y procesión religiosa se mezclaron inesperadamente ante el asombro de propios y extraños.
El disgusto que en 2012 causó en aquellas localidades catalanas, especialmente en Mataró, y las notorias quejas tanto de miembros de diferentes cofradías como de ediles de diversas formaciones políticas de la capital del Maresme y hasta del mismo responsable de asuntos religiosos de la Generalitat, provocó que la Comisión de Semana Santa prohibiera dicha presencia en años sucesivos y pidiera disculpas a la población.
Pero los exlegionarios, lejos de conformarse, lo intentaron de nuevo en 2014 en el pueblo de Palafolls, donde contaban con la complicidad de un concejal del PP, miembro de la asociación, y en Hospitalet, donde consiguieron ser invitados por el párroco de la Inmaculada Concepción, exlegionario también.
Tras los desfiles en la procesiones de 2014 de Hospitalet y Palafolls, los ayuntamientos de ambos municipios, para evitar el conflicto ciudadano se oponía hasta el mismo párroco, no autorizaron el año pasado las procesiones en las que se había anunciado que participaría la asociación de ex legionarios portando su Cristo de la Buena Muerte, sus uniformes y sus armas. Este año ambas procesiones no han sido autorizadas de nuevo, lo que contrasta con la de Castelló, en la que esta previsto, con el aval del obispo, de que dos colectivos de amigos de la Legión tomen parte en el Santo Entierro, una con la cofradía de Medinaceli y la otra, con su propios Cristo incluso diseñado por un artista fallero, con la Hermandad de Paz y Caridad. La paradoja es que el obispo vetó hace dos años la presencia de los caballeros templarios.
