Los amigos de lo ajeno no respetan ni los lugares sagrados como tuvieron que constatar ayer en Nules tras descubrir a primera hora de la mañana que alguien había forzado el acceso a la capilla de la Mare de Déu de la Soledat desde la calle San José y había sustraído un par de elementos de su interior, ambos relacionados con las donaciones de los feligreses, aunque los daños producidos «han sido los mínimos para lo que podría haber sido», explicó el mayordomo de la patrona, Ramón Oliver.
Las primeras sospechas apuntan a que el robo se produjo en la madrugada del domingo al lunes, aunque según Oliver «lo raro es que nadie haya oído nada», dado que por los desperfectos ocasionados, se cree que «tuvieron que hacer ruido», pero al parecer ningún vecino de la zona se percató de que pudiera estar sucediendo algo fuera de lo normal.
La primera persona en percatarse de lo sucedido en el interior del templo fue una de las capelleras, que son las mujeres que se encargan del mantenimiento de la capilla y de la imagen de la patrona. Según Ramón Oliver «todos los días viene alguien a pegar un vistazo y a regar las flores que hay en el altar». La mujer no vio nada anormal hasta que comprobó cómo en la parte del altar que da al campanario «había trozos de pared en el suelo y enseguida me avisó». Su primera preocupación fue que se hubiera causado algún desperfecto al Sagrario o a la imagen de la patrona.
Tras una inspección inicial se pudo comprobar que solo faltaba «una mesa que teníamos en la entrada, a mano derecha, donde había una bandeja incrustada en la que se podían hacer donaciones». Los asaltantes, supuestamente, al no poder retirar ni la bandeja ni la caja oculta en la que se depositaba el dinero, decidieron llevarse la mesa completa. También se llevaron la bandeja con la colecta del viernes, aunque no tocaron los lampararios «donde, como solo hay monedas, a lo mejor no les preocupó». Se desconoce qué cantidad económica pudieron sustraer dado que, aunque periódicamente se vacía la caja robada, no se hace a diario.
En cuanto a los daños materiales, estos se produjeron porque los ladrones rompieron los cerrojos, las cerraduras y los anclajes de seguridad a golpes. A primera hora de la tarde un carpintero y un albañil se encargaban de reparar los desperfectos, que serán asumidos por el seguro.
Según afirmó Ramón Oliver «que yo recuerde es la primera vez que entran a robar en la capilla», el que puede considerarse el edificio más emblemático y con mayor valor sentimental para los vecinos. De hecho, la noticia se difundió rápidamente por la localidad, dado que la presencia a media mañana de una patrulla de la Policía Local y otra de la Guardia Civil junto a la capilla no pasó desapercibida.
