Las zonas verdes siempre deben ser una de las apuestas del desarrollo urbanístico de las ciudades. Castelló, que se sumergió en el inicio del milenio en un desarrollo urbanístico por los cuatro costados, tenía la oportunidad de abrir nuevos pulmones en cada uno de los distritos. Así fue en algunos de ellos, como en la cara oeste de la ciudad, pero otros se quedaron en un mero boceto con la llegada de la crisis urbanística y lar arcas municipales vacías.
Uno de los que se salvó de este freno del desarrollo fue el parque Mérida, puerta de entrada del grupo San Lorenzo, que es hoy un punto de reunión de los vecinos y que forma parte de un entorno natural y deportivo que ha servido para dar mayor calidad de vida a este barrio de la capital de la Plana.
La ciudad dispone de varios parques que ocupan una extensión de más de 580.116 m2 destinados al recreo y al esparcimiento, de los que 300.775 m2 son superficies ajardinadas. En total, más de 10.000 árboles y arbustos de 255 especies diferentes que configuran el extraordinario e interesante catálogo botánico de la ciudad de Castelló.
El parque Mérida tiene una superficie de 37.930 metros cuadrados, de los que 22.765 corresponden a zona ajardinada. Este entorno cuenta con una zona de juegos de 6.855 metros cuadrados, tres fuentes y un monumento.
Esta parte de la ciudad ha mejorado de forma clara su aspecto, aunque eso no oculta que siga habiendo muchos puntos por mejorar para que la imagen sea la correcta. Son, sobre todo, propiedades privadas que dejan mucho que desear en el cuidado de sus instalaciones, ya sea por la acumulación de material en el exterior de algunas empresas como por el deterioro de edificaciones. Eso no quita que sean muchos los aspectos que permitan encontrarse con una ciudad que intenta que su cara amable se imponga a su aspecto de abandono.
