La falta de acuerdo con la patronal autonómica (Cierval) amenaza con liquidar a la Confederación de Empresarios de Castelló, nacida en 1978. La provincial valenciana(CEV) plantea impulsar una nueva patronal regional si las organizaciones de Castelló y Alicante se niegan a una refundación e invitaría a la misma a las sectoriales de las otras dos provincias.
Valencia, la única entidad en estos momentos solvente de las tres provinciales, dejaría de sostener Cierval, lo que derivaría en la entrada de concurso de acreedores tanto de Cierval como de la CEC y la alicantina Coepa. Con una deuda financiera de 600.000 euros y un desfase de otro medio millón de euros este año, la patronal castellonense pervive por la cobertura de Cierval, a la que debe 560.000 euros. Si finalmente cae Cierval y se funda otra patronal, la CEC tendría muy complicada su supervivencia.
«Tiene una muy difícil salida si no se reestructura», señalan fuentes de la patronal castellonense. El futurible proyecto que lideraría Valencia buscaría integrar a federaciones empresariales de Castelló y Alicante y, según las mismas fuentes, podría atraer a diversos sectores de la provincia que se han alejado en los últimos tiempos de José Roca y Rafael Montero, que dirigen la CEC desde 1987.
El empresariado de Castelló defiende la continuidad de la CEC y rechaza la reforma que propone Cierval, que contempla una absorción por parte de Valencia y una reducción de las estructuras de Alicante y Castelló, pero cada vez son más las voces que abogan por un cambio drástico en la CEC y por un relevo de Roca y Montero para garantizar su futuro. Los representantes de Ascer y el tesorero han presentado su dimisión y otras sectoriales, como pueden ser la construcción, transporte o agricultura (Fepac), también se han desmarcado de la gestión de Roca y Montero.
La situación económica en la CEC es insostenible, aseguran los críticos de Roca, que advierten que la patronal castellonense podría quebrar si Cierval desaparece y las empresas de Castelló no la auxilian.
Insisten en que la continuidad de Roca y Montero dificulta las negociaciones con Valencia. «Si hubieran otras personas Cierval sería más accesible», afirman desde este sector, que lamentan que hay un enfrentamiento personal entre Roca y el residente de Cierval, José Vicente González, que ha arrastrado a las organizaciones. Asimismo, añaden que la causa judicial por un presunto fraude en cursos de formación ha agravado las relaciones entre Cierval y Roca.
El presidente afirma que sigue para defender los intereses de Castelló, pero su detractores critican que su enrocamiento puede suponer el fin de la organización. El presidente descarta cambios que consigan un modelo autosuficiente y sigue vinculando a la CEC a las subvenciones públicas. Asegura que la situación se arreglaría con el cobro de 1,2 millones que adeuda el Consell en cursos de formación, pero este retorno no es seguro ya que medio millón está retenido al estar implicado en el caso judicial.
