Cuando todavía se mastica la tristeza por la decepción de Gavà y se debe asumir que el club competirá otro año más en Tercera División, el Castellón ve cómo el arranque de la próxima temporada se encuentra más próximo de lo que podía pensar. En el horizonte más cercano, se plantean numerosos interrogantes que el presidente del equipo albinegro, David Cruz, y su equipo de trabajo deberán responder para que los orelluts armen una plantilla y tengan una estabilidad suficiente para poder pelear de nuevo por el ascenso a Segunda B.
La continuidad de Kiko Ramírez
La gran incógnita deportiva es quién ocupará el banquillo de Castalia. Con la continuidad de Ramón Moya confirmada como director deportivo, ahora habrá que ver si Kiko Ramírez sigue como técnico. El catalán, tanto después del partido de Gavà como a través de las redes sociales, mostró su disponibilidad. Tras el duelo, aseguró que «la afición del Castellón me ha calado hondo» y en su cuenta de Twitter publicó que «sois mi primera opción». Se trata de una decisión que se debe conocer cuanto antes porque, para el próximo 16 de julio, ya hay un amistoso programado contra el Valencia en Castalia.
Una nueva plantilla
A partir de saber quién será el entrenador del Castellón para la 2016-2017, se deriva el interrogante de qué tipo de plantilla construirá el club para la nueva campaña. La mayor parte del equipo actual finaliza contrato el próximo 30 de junio y, además, algunos equipos han mostrado interés por jugadores de la casa. Es el caso de Carlos López y el Mallorca o Charlie Meseguer y el Alcoyano. Además, hay que tener en cuenta las dificultades para cobrar las nóminas que ha sufrido el equipo en los últimos meses.
Ramón Moya y el nuevo técnico deberán decidir si apuestan por la continuidad o si arman un equipo con muchos rostros nuevos. Pero, como en el caso de anunciar el técnico, la composición de la plantilla se tendrá que hacer a contrarreloj porque, en menos de tres semanas el equipo volverá a estar en marcha.
Pagos de la deuda
El no ascenso de categoría también complica la viabilidad de la entidad. A partir de esta temporada, los pagos tanto a Seguridad Social como a Hacienda se doblan. En el primer caso, las cuotas mensuales se acercarán a los 10.000 euros y, en el segundo, superarán los 19.000 euros. Una carga económica que, vistos los problemas para pagar las nóminas de la plantilla, pueden ser una gran losa, más si se tiene en cuenta que se competirá una temporada más en Tercera y los ingresos serán mínimos.
Fidelizar la masa social
Los tres encuentros de promoción de ascenso a Segunda División B han demostrado, una vez más, el apoyo social en la ciudad con el que cuenta el Castellón. Los más de 14.000 espectadores que asistieron en Castalia al duelo contra el Gavà hablan del tirón con el que cuenta el club albinegro que, además, ha conseguido atraer a un público bastante joven. Por eso, la campaña de abonos de la próxima temporada se antoja básica para fidelizar parte de esa masa social que, durante los años de Tercera y sobre todo en el arranque de la campaña que acaba de terminar, ha abandonado Castalia.
Los altos precios de los carnets, en la pasada temporada, perjudicaron la asistencia durante la temporada que apenas alcanzó los 2.000 espectadores. Pero la política de precios del play-off demostró la buena respuesta del público. Unos precios asumibles podría nutrir de aficionados las gradas del estadio municipal el próximo año. Pero David Cruz ya ha pedido compresión a los seguidores albinegros, por los precios, porque estos deben repercutir en la estabilidad financiera del club.
La apuesta china
Las próximas semanas también servirán para fortalecer las relaciones con la provincia china de Guangxi. El Castellón realizará parte de su pretemporada en esta zona del país asiático, donde el club albinegro han abierto una escuela de fútbol, a finales de julio. Será un momento perfecto para conocer si la entidad se puede aprovechar en breve, ya no sólo deportivamente, sino también económicamente, de su incipiente relación con esta zona de China.
