Las playas de la provincia de Castelló lucen desde hace un par de semanas llenas hasta la bandera. Cada vez es más habitual que vecinos y visitantes opten por el plan de sol y playa durante las vacaciones de verano. Disfrutar de un día en el mar puede ser la alternativa más asequible e interesante durante los sofocantes días de agosto. Con todo, en algunas zonas del litoral castellonense una jornada en la playa puede llegar a convertirse en una verdadera batalla campal por lograr la localización más próxima al mar. Algunos turistas avispados, conscientes de este problema, madrugan para plantar su sombrilla y hamaca de madrugada y así disfrutar de una localización privilegiada a mitad mañana, cuando vuelven a la playa. La proliferación de esta práctica en diferentes municipios ha generado innumerables quejas de lo turistas, que perplejos observan a primera hora de la mañana que, como si del fin del mundo se tratara, la costa estaba desierta pero repleta de material de playa.

Algunos municipios de la provincia de Castelló han comenzado en los últimos años a regular este problema. Es el caso de la localidad de Alcalà de Xivert que anunció ayer, desde su concejalía de Turismo, que estaba estudiando la modificación de la ordenanza reguladora de los usos y aprovechamientos de las playas del municipio, para así, precisamente, evitar la colocación masiva de hamacas y sombrillas desde primera hora de la mañana.

Desde el consistorio del municipio detallaron que esta situación, que se había dado en otros municipios costeros, no era frecuente en Alcossebre, pedanía costera del municipio, pero que este verano precisamente se había detectado que se estaba produciendo con asiduidad. Esta practica, explicaron ayer, «había provocado numerosas quejas por parte de los usuarios de las playas».

La edil de Turismo de Alcalà de Xivert, Alejandra Roca, señaló que «hay que tener en cuenta que colocar las hamacas y sombrillas no es solo una molestia para los usuarios sino que crea muchas dificultades a las máquinas que limpian la playa». Y del mismo modo comentó que la playa era «un espacio público y, por tanto, no puede reservarse».

Desde el ayuntamiento insistieron en que otros municipios ya habían reflejado en sus ordenanzas la imposibilidad de instalar parasoles u otros elementos si los propietarios no estaban presentes en la playa. En este sentido, la edil de Turismo puntualizó que «esperamos poder tramitar la modificación lo antes posible y que esté a punto para el próximo verano, con el fin de evitar los sucesos que se están produciendo esta temporada».