«Ha sido un terrible accidente». Así se expresaba ayer la alcaldesa de la Vilavella, Carmen Navarro, en relación al fallecimiento del vecino de Moncofa de 36 años que el martes perdía la vida tras ser embestido por un toro durante la celebración de las fiestas de Sant Xotxim. Navarro aseguró que el recinto taurino cumplía con todas las normas de seguridad e incluso hizo hincapié en el «refuerzo adicional» que se ha aplicado este año, como la presencia de más agentes de policía, la instalación de varias camillas e, incluso, la presencia de dos ambulancias, y no solo una como exige la actual legislación. «Fue mala suerte, en ningún caso se trató de un problema de seguridad», apostilló.

Con todo, la consternación y la pena fueron los sentimientos más comunes en la Vilavella un día después de producirse el fatal desenlace. Decenas de personas llenaron la plaza de La Vila ayer al mediodía para sumarse al minuto de silencio convocado por el consistorio para mostrar sus condolencias a la familia. Entre los asistentes hubo mucha emoción y algunas lágrimas porque, como explicó la alcaldesa, «era muy conocido entre los vecinos porque tenía una parada de fruta y verdura en el mercado desde hacía mucho tiempo» y, prácticamente todos, especialmente las mujeres, le conocían y han sentido de forma íntima su fallecimiento.

Ayer ya no quedaban huellas de las fiestas en la Vilavella. Como suele ser habitual, tras el último toro se retiran todas las barreras y demás elementos propios de estas celebraciones para que el municipio recupere la normalidad cuanto antes, aunque el sentimiento de tristeza recordaba el suceso en cada calle, de manera especial entre los miembros de la comisión de Sant Xotxim, que también se sumaron a las muestras de condolencia.

De hecho, uno de sus integrantes, Juan Romero, en nombre de la organización, quiso mostrar su abatimiento por lo sucedido explicando que cuando llegaron al lugar de los hechos «ya había pasado todo», aunque los testigos les corroboraron que fue «un terrible accidente».

Sobre las ocho de la tarde del martes, después de encerrar el penúltimo toro de las fiestas, los vecinos y aficionados se preparaban para participar en la exhibición de un ejemplar de la ganadería de Torrestrella, el último de los nueve que había adquirido la comisión. En la calle San Sebastián un grupo de personas aprovechaban el último día de Sant Xotxim para disfrutar del ambiente. Según algunos testigos consultados, Óscar acudió a un bar para entregar un pedido y decidió quedarse con unos amigos para disfrutar un poco del ambiente.

Estarían en actitud relajada, algunos sentados o en cuclillas en las aceras, a pocos metros de la barrera que daba acceso al bar. Repentinamente, el astado irrumpió en el vial «cogiendo de improviso a la gente» „según testigos„ entre ellos a Óscar M. L. I., que no fue capaz de reaccionar a tiempo y quedó a los pies del animal, que le embistió en varias ocasiones provocándole una serie de heridas «incompatibles con la vida», tal como se confirmó desde el ayuntamiento.

El parte médico del hospital móvil instalado en los aledaños del recinto taurino es muy preciso al respecto: el joven de Moncofa «sufrió una herida de asta de toro en la zona cervical derecha penetrante y en tórax, entrando en shock hemodinámico» „pérdida grave de sangre„. Los servicios médicos «establecieron las medidas de soporte vital avanzado y fue trasladado al centro hospitalario de la Plana», donde se certificaría su defunción tras ser atendido en los boxes de vital de Urgencias.

Muchos fueron los que avanzaron el fatal desenlace pocos minutos después de la cogida, dado que la espectacularidad de las heridas y el abundante sangrado que dejó su huella „no solo en el lugar del suceso, sino también a lo largo del trayecto hasta llegar al hospital móvil„ hicieron prácticamente imposible que la gravedad pasara desapercibida para los presentes.

Más datos

Desde el Ayuntamiento de la Vilavella se recordó la decisión municipal de reforzar los aspectos sanitarios, así como los de seguridad para todas las celebraciones populares que se celebran en la localidad. Por primera vez se instalaron camillas en diferentes puntos del recinto, se contrataron dos ambulancias, aunque el reglamento solo exige la presencia de una, así como un hospital móvil donde se puede practicar cualquier cirugía de emergencias.

Todo sumado a la instalación de barreras intermedias en el interior del recinto, una medida que existe en la localidad desde hace años, que permitirían aislar al toro para poder realizar la evacuación de heridos con garantías, tal como sucedió el martes. Por otra parte, la alcaldesa explicó que se reforzó el dispositivo policial para vigilar las salidas de emergencia, por lo que «todas las medidas posibles estaban a disposición de la comisión y de los aficionados para poder dar una respuesta rápida a cualquier accidente, aunque hay ocasiones en que la cornada afecta a una zona vital y ni con todos los medios se puede salvar una vida».