Amparo Pavía Gargallo fue designada como reina de las fiestas de la Magdalena de 1992, y la noche del 14 de septiembre de 1991 recibió la visita del alcalde de la ciudad, José Luis Gimeno, para comunicarle oficialmente su nombramiento .

La joven recibió de manos de Gimeno el pergamino que la acreditaba como máxima representante de las fiestas fundacionales de la capital de la Plana, en el curso de «una brillante fiesta social», según se pudo leer en la página 26 de la edición de Levante de Castelló del día siguiente, que se celebró en Villa María (Benicássim) y a la que asistieron «las principales autoridades locales y provinciales, además de numerosos invitados». Y en esa larga lista de invitados se encontraban, entre otros muchos, las jóvenes que formaron la corte de honor de Amparo Pavia, la reina y las damas salientes, y el presidente de la Junta de Fiestas, Luis Doménech Company.

Amparo Pavía, según la crónica publicada en este mismo rotativo, «estaba encantadora, guapa de verdad, como para hacer justicia a los piropos que le dirigieron el alcalde y el presidente de la junta de fiestas, amén de los que le dedicaron todas las personas invitadas, que elogiaron su belleza y su simpatía». De hecho, el entonces primer edil de la ciudad subrayó en su intervención que podía haber «candidatas iguales, pero no mejores que Amparo, puesto que es difícil que se pueda reunir en una sola mujer mejores requisitos que lo que tiene nuestra nueva reina».