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La vida en verde

Con un ojo en el cielo para salvar la época de setas

La falta de humedad y unas temperaturas aún bajas retrasan la aparición de los primeros ´rovellons'

Con un ojo en el cielo para salvar la época de setas

Las cestas de mimbre siguen en el armario de casa a la espera de que la climatología avise de una aparición de setas que, a fecha de hoy, aún se ve lejana en el tiempo. Tras un verano seco y caluroso, con temperaturas más elevadas de lo normal la primera semana de septiembre, el mes agota sus últimos días con los montes de Castelló secos y soleados. Gonzalo Miguel Ferrer, presidente de la Asociación Micológica de Castelló (Asmicas), es sincero: «No hay nada».

El otoño, la temporada esperada por todos los aficionados, abre las puertas hoy jueves con un presente malo y un futuro incierto. «Este año el tema de precipitaciones es muy escaso y la cosa está bastante retrasada. De hecho, si no llueve en las próximas semanas y las temperaturas son las adecuadas, la actividad fúngica puede estar bastante limitada», lamenta Ferrer.

Y es que la sequía este año «es muy fuerte, los campos no tienen humedad y la temperatura no acompaña, lo que impide que eclosionen las cepas». El presidente de Asmicas explica que «es fundamental, al margen de la lluvia, un gradiente de temperatura adecuado». Como ejemplo, destaca que el «rovelló requiere que la temperatura del suelo llegue a unos 7º por la noche en un suelo mojado», algo que de momento no se da. El mercurio sí que ha bajado ya por la noche en numerosos municipios del Maestrat, pero falta el agua.

Además, como otros tantos aspectos de la naturaleza, todo sigue un proceso y, según el rango de temperaturas, «van apareciendo primero unas setas, como la 'pota de perdiu', a las que siguen las 'cogomes' y otras tantas, y así hasta llegar al 'rovelló', «pero a estas alturas este proceso tampoco se da», señala el presidente de Asmicas.

Pese a este mal inicio del otoño, Gonzalo Miguel Ferrer cree que aún hay margen para que pueda llover, los montes se humedezcan y las temperaturas sean las adecuadas, esperando eso sí que no sople el viento y que no venga alguna ola de frío temprana que congele estos deseos. No en vano, estamos hablando de la temporada alta para los recolectores de setas ya que en otoño los bosques de Castelló pueden ofrecer hasta 80 especies.

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