El Castellón afronta una nueva situación límite. La entidad castellonense acumula el impago de dos recibos del agua del estadio Castalia, que ascienden a una cantidad de más de 11.700 euros, y ya ha recibido el aviso de que en cualquier momento se puede cortar el suministro al recinto deportivo. De hecho, incluso durante el encuentro que el conjunto orellut afronta en la mañana de hoy contra el Silla, podría encontrarse con que ya no tiene agua.
Desde el club albinegro, que debe afrontar un nuevo quebradero de cabeza para sus maltrechas arcas, se achacan estos impagos a la no renovación del convenio de cesión de las instalaciones municipales con el Ayuntamiento de Castelló. La entidad asegura que, durante los últimos seis años, el consistorio de la capital de la Plana ha asumido el pago del suministro de agua, pero en la actualidad, al no haberse llegado a un acuerdo para firmar un nuevo convenio, las facturas han sido remitidas al CD Castellón.
En octubre del pasado año la directiva orellut acusó al consistorio de dejarle sin ayudas y de hacerle asumir el pago de la luz y el agua del estadio municipal, un hecho que provocó que los partidos del conjunto albinegro pasaran a disputarse los domingos a las 12.00 del mediodía y poder ahorrar en el consumo de luz. Además, la entidad también denunció que no había ingresado la subvención municipal de 50.000 euros para la temporada 2014-2015 que se había consignado en los presupuestos municipales y que tampoco se había incluido la de 60.000 euros prometida para la campaña 2015-2016.
Ahora mismo la renovación del acuerdo de cesión se encuentra en punto muerto. Aunque el pasado octubre el concejal de Deportes, Enric Porcar, afirmaba que el documento estaría listo para firmar «en una semana», el hecho de que el Castellón quisiera que el acuerdo se prolongase por un largo periodo de años ha impedido que se haya llegado a un acuerdo. El ayuntamiento siempre ha optado por que el convenio se prolongue cada año.
Pero, doce meses después de las acusaciones del club, el convenio todavía sigue sin renovarse. Esta situación ha provocado que sobre el estadio sobrevuele la amenaza del corte del suministro de agua, lo que dificultaría que se pudiesen seguir disputando partidos en el feudo de la avenida Benicàssim y complicaría el funcionamiento diario del equipo.
Ampliación de capital
El Castellón también puede enfrentar la obligación de tener que acudir a una ampliación de capital. La próxima auditoría de las cuentas, que se cerró el pasado 30 de septiembre y que el club debe presentar en la Junta General Ordinaria de Accionistas, refleja una deuda de unos 2,5 millones de euros. Este hecho supondría una causa para la disolución de la sociedad. Según la Ley de Capitales, en el artículo 363, la entidad se liquidaría «por pérdidas que dejen reducido el patrimonio neto a una cantidad inferior a la mitad del capital social».
Para evitar esta situación, la misma ley señala que se podría evitar la disolución siempre que se aumente o el capital se reduzca en la medida suficiente. Este hecho obligaría a David Cruz, el presidente del Castellón, y a su consejo de administración a poner el dinero necesario para cubrir las deudas o abrir la entidad a la ampliación de capital para reunir la cantidad suficiente para que el patrimonio neto sea superior a la mitad del capital social.
Una decisión a la que el club se podría verse obligado por las pérdidas y para protegerse a nivel legal ante la causa de disolución a la que podría enfrentarse la entidad albinegra.
