Un triplete de Messi y un gol de Neymar (4-0) consolidaron al Barcelona en el liderato del Grupo C y fulminaron al Manchester City, que nunca le perdió la cara al partido, pese a que la voracidad del astro argentino y sus propios errores le condenaron a una clara derrota. Fue un duelo intenso e igualado en el que pasaron muchas cosas que no estaban en el guión de ambos técnicos y que se llevó el Barcelona, porque se mostró un equipo más fiable y eficaz que su oponente y, sobre todo, porque tiene a Messi, el mejor jugador del mundo.

A los 9 minutos, Jordi Alba, que ayer recibía el alta médica, se resintió de la suya y fue sustituido por Digne. Y en el 39, Mathieu reemplazaba a un renqueante Piqué después de que éste sufriera una una dura entrada de Silva.

Entre uno y otro incidente tuvo algo más de presencia el conjunto local, aunque el 1-0 llegó en un accidente. Messi agarró un balón en la línea de tres cuartos, aceleró antes de cedérselo a Iniesta en el corazón del área y éste se lo intentó devolver. Fernandinho resbaló justo cuando se disponía a interceptar el esférico. Y Messi lo aprovechó para sentar a Bravo y enviarlo al fondo de la red.

Nolito y Gündogan rompieron la cintura de Mathieu antes del descanso, pero Ter Stegen evitó el gol. El City se había hecho con el partido. Digne tocó con la mano dentro del área, pero el árbitro no señaló penalti En la reanudación, Bravo fue expulsado al evitar un gol con la mano fuera del área. Poco después Messi marcó el 2-0 desde fuera del área. El argentino anotaría su triplete gracias a una asistencia generosa de Luis Suárez -siempre atento a los fallos del rival-. Solo tuvo que empujar el balón. Poco después, Mathieu fue expulsado y el partido se equilibró. Messi forzó un penalti de Otamendia, y se lo cedió a Neymar. El brasileño falló, pero luego se reivindicó con un gol en los últimos minutos tras una espectacular jugada personal.