La Diputación de Castelló ha reducido su deuda en 2016 en un 22% después acometer la amortización de 14,3 millones de euros durante el presente ejercicio, pasando de 73,5 millones a 59,2 millones en un solo año.

Esta reducción repercute en una respuesta más eficiente a las necesidades de todos los castellonenses a pesar de haber tenido que asumir inversiones que son competencia de la Generalitat.

De hecho, las directrices marcadas en materia económica por el presidente de la diputación se reflejan en el nivel de saneamiento que alcanzan las cuentas provinciales con una deuda cifrada en 59,2 millones, muy lejos de los 140 millones de 2011, lo que supone una reducción de casi el 60% en apenas un lustro de gestión. Hay que tener en cuenta que Moliner ha asumido el lustro económica más difícil de la democracia sin pedir ni un solo euro de crédito a los bancos para su funcionamiento.

El diputado de Hacienda, Salvador Aguilella, subrayó que esta última amortización, posible «gracias al gran trabajo que se está realizando en esta casa por parte de todos y a la capacidad de gestión económica que viene demostrando la corporación provincial desde que Moliner asumió la presidencia, nos permite liberar recursos a través de la disminución de la deuda con los bancos para destinarlos a lo que de verdad importa, los castellonenses».

«La buena marcha económica de esta casa se traduce en una administración cada vez más eficaz y saneada para cumplir con su principal objetivo que no es otro que el de prestar el mejor servicio posible a los 135 municipios de la provincia y a sus vecinos», resaltó el diputado provincial.

Esta excelente salud financiera permite a la institución provincial cumplir con una de las máximas instauradas por Moliner a la hora de convertir a la administración en una aliada del tejido económico y social de la provincia reduciendo el periodo medio de pago a proveedores hasta situarlo en la actualidad en cinco días, cuando en 2011 era de hasta 40. Eso es posible gracias a un sistema de trazabilidad de las facturas, para evitar retrasos injustificados en su tramitación.

Cabe recordar que Moliner, en una muestra de eficiencia en la gestión y «compromiso con los proveedores de esta casa», vinculó la fecha del cobro de sus sueldos a que todos los proveedores cobrasen sus facturas dentro del plazo que fija la ley.

La Diputación de Castelló también está cumpliendo todos los ejercicios con la estabilidad presupuestaria, no gastando más de lo que ingresa, «destinando todos los recursos de la diputación a las necesidades de los pueblos y los castellonenses».

Aguilella concretó que «continuar por el camino de la reducción de deuda permite disponer en caja de más liquidez para responder con solvencia y diligencia a todas aquellas necesidades y urgencias que planteen los ayuntamientos. La buena salud financiera se traducirá el próximo año en unos presupuestos ambiciosos para seguir generando oportunidades para Castelló».