El Manchester City, impulsado por Kevin De Bruyne e Ilkay Gündogan, se vengó de la goleada de hace dos semanas en el Camp Nou y derrotó con contundencia al Barcelona (3-1) para allanar su pase a octavos de final de la Liga de Campeones y aplazar la clasificación azulgrana.

Fue un encuentro de ritmo alto, típicamente inglés, con el City presionando valientemente muy arriba la salida de balón e intentando mover la redonda con Silva y Gündogan en el centro del campo. El árbitro obvió un penalti de Umtiti sobre Sterling y mostró amarilla al inglés por exagerar la caída.

Poco después, Messi decidió aparecer, y en un contragolpe de libro puso por delante a los suyos. Al filo de la media hora, con el City anestesiado por el gol de Leo, estuvo cerca el Barça de abrir brecha, pero perdonó. Gündogan remachó a placer tras un fallo de Sergio Roberto y empató.

En la reanudación el partido fue del City por completo. De Bruyne en una falta directa y Gündogan de nuevo, en otra contra, certificaron la venganza de Guardiola.