Ramón Marín Calderé, extécnico del Castellón que el lunes se verá la cara con David Cruz por la denuncia que presentó en su día por incumplimiento de contrato (reclama 9.500 euros), calificó ayer al actual presidente del conjunto albinegro de «manipulador nato» y de «no tener escrúpulos» en las decisiones que toma sin consultar a nadie. «En el vestuario le llamaban el pistolero, porque se cargaba a la gente sin escrúpulos. Durante mi etapa se cargó a muchos futbolistas», dijo.

En declaraciones a Radio Voramar es.Radio, el que fuese entrenador del Castellón se despachó a gusto contra el presidente David Cruz. Se vendió como una víctima de sus decisiones. «Me sabe muy mal todo lo que le está pasando a ese magnífico club, y en especial a los tres jugadores que se ha cargado Cruz. A Alberto Ramos lo conozco y es una persona maravillosa, humilde y trabajador», agregó. En caso de haber aceptado, esta hubiese sido la segunda cesión de Ramos. La primera se produjo con Calderé en el banquillo, tras el fichaje de Pablo Suárez.

«Cosas raras»

«En el mundo del fútbol sobra gente así, que lo único que hacen es daño», recalcó en dos ocasiones Calderé. «Yo estuve ahí muy a gusto. El primer año fue todo fenomenal, pero en el segundo empecé a ver cosas muy raras», aseguró. Sobre esas «cosas» raras, el preparador tarraconense dijo en su corta etapa de la temporada pasada, la 2015-16 (fue destituido a la décima jornada), David Cruz «me quería obligar a echar del equipo a varios futbolistas, como es el caso de Juanjo Clausí o David Escudero. Buenos jugadores. A Escudero lo tengo ahora en mi equipo», explicó. También bajo su estancia en el banquillo se produjeron las polémicas salidas de Rubén Suárez y Javi Selvas.

Sea como fuere, Calderé finalizó diciendo que «esa manipulación tiene que llegar a su fin. Tiene que acabar su etapa en el Castellón. Es un club que aprecio mucho, así como a su magnífica afición. Desde la lejanía me duele lo que está pasando».

El lunes están citados a declarar tanto David Cruz como Ramón María Calderé por las cantidades pendientes de cobro del extécnico albinegro, por el finiquito y lo que se le debe en concepto de dietas. Calderé le reclama al club 9.500 euros.