La mayor concienciación en la escasez del agua como recurso ha impulsado a administraciones, legisladores y empresas a realizar un gran esfuerzo para intentar reducir los niveles de pérdidas de agua a las redes de abastecimiento, aunque no todas las pérdidas son realmente mermas de agua, sino que responden a otros factores como los errores en los equipos de medida.

Con el propósito de explicar en detalle estos aparatos de medida, la Cátedra FACSA de Innovación en el Ciclo Integral del agua de la UJI organizó un seminario sobre «Metodología de los contadores de agua en abastecimientos urbanos: fundamentos y casos de éxito en su inclusión en los sistemas de gestión», impartido por el profesor Francisco Arregui de la Universidad Politécnica de Valencia y Francesc Gavara, responsable del Departamento de Gestión Integral de Contadores de FACSA.

Hay que considerar que como cualquier otro dispositivo de medición, los contadores de agua no son instrumentos perfectos, y una vez instalados no son capaces de registrar la cantidad exacta de agua consumida por un usuario. Esto significa que una parte del agua consumida no puede ser registrada y por lo tanto contabilizada erróneamente como pérdida. La diferencia entre el volumen de agua registrada por el contador y el volumen real consumido,depende directamente de dos parámetros fundamentales: el patrón de consumo del usuario y la curva característica de error del contador.

En la primera intervención el profesor Francisco Arregui realizó una introducción a los tipos fundamentales de contadores y la tecnología que usan, para después centrase en los aspectos fundamentales de la metrología. Además presentó la metodología adecuada para evaluar el comportamiento real de los contadores, sin dejar de introducir los aspectos normativos más importantes.

Por su parte, Francesc J. Gavara mostró una aplicación práctica de la gestión del parque de contadores fruto de su tesis doctoral. Un trabajo de investigación en el que ha monitorizado más de 200 viviendas y más de 100 grandes consumidores. La investigación ha concluido que el error de medición queda bastante lejos del utópico 0% y ha destacado la gran fragilidad que suponen los contadores volumétricos.