El partido duró lo que quiso el árbitro y quiso, o al menos así lohizo, hasta que empató el Valencia. El colegiado dijo que se iban a prolongar cuatro minutos y en realidad fueron casi seis. Menos cinco segundos. Justo cuando empató el Valencia acabó la cita y acabó con un cabreo generalizado en el Javier Marquina porque todo el trabajo se fue al traste por la maldita prolongación. Felices y contentos se fueron los valencianistas porque sacaron petróleo de un pésimo partido.

Dominó el Valencia, pero sin crearle peligro. En el primer tiempo un trallazo de Víctor Julá en una falta casi sorprendió a Cristian. Los valencianistas, a parte de tocar, poco más. Ferrán Torres avisó en el minuto 48. Diez más tarde el astuto Carlos Soriano se aprovechó de un rechace del portero visitante para poner el 1-0. Y el final ya saben. El partido duró hasta que empató el Valencia. Triste.