La dualidad entre el mundo urbano y el rural se ha construido siempre desde la óptica de quien vive en las ciudades. Si el primero ha estado asociado al progreso y la tecnología, la vida en un pueblo se ha relacionado en muchas ocasiones con una población mayor, menos preparada y habituada únicamente a trabajar en el campo. Se trata de una imagen falsa que no corresponde con la realidad y que dificulta el desarrollo de nuevas empresas en el mundo rural. Romper con estos estereotipos es el principal reto de la nueva ruralidad.

La población que habita actualmente en el mundo rural es muy similar a la de la ciudad. Una ciudadanía activa, heterogénea, inquieta, formada e itinerante que, desde hace ya años, dio un espaldarazo a la vieja ruralidad para abrazarse a un mundo más global y competitivo que mira de tú a tú a la sociedad urbana. La diferencia principal entre ambos mundos es, según sostienen los defensores de la nueva ruralidad, es el espacio físico.

El concepto de la nueva ruralidad se trabaja desde la sociología y que, aunque es originario de América latina, está llegando con fuerza a Europa de la mano de algunas universidades. El departamento de Filosofía y Sociología de la Universitat Jaume I de Castelló está tratando desde hace años este concepto con tal de generar el debate necesario para romper prejuicios, a la vez de generar sinergias para fortalecer la idea de que la vida rural puede ser sostenible no solo socialmente, sino también económicamente.

La principal misión de la nueva ruralidad es acabar con estos estereotipos. Con una imagen, la de un espacio envejecido y anticuado, que no se corresponde con la realidad. «Es una imagen anticuada, obsoleta y, además, perjudicial para la ruralidad», explica el profesor de Sociología de la UJI Artur Aparici. Esta imagen no hace más que «limitar las posibilidades del mundo rural, que son más de las que la gente se piensa». El objetivo es plantear un espacio en el que se puedan desarrollar iniciativas económicas sin ningún prejuicio.

Debatir y reflexionar sobre los obstáculos y retos de la vida, sobre todo a nivel empresarial, en los municipios más pequeños es el objetivo de las «Jornadas de afirmación de la nueva ruralidad», que se celebrarán los días 24 y 25 de noviembre en Benlloch.

En esta cita participarán expertos de varias universidades, representantes de instituciones públicas y responsables de una quincena de empresas que desarrollan su actividad en el mundo rural.

Proyectar una imagen más real

Para ello, los participantes en la primera edición de las jornadas de Benlloch se encargarán en poner en valor las posibilidades del mundo rural con el fin de romper esquemas anticuados con la finalidad de proyectar una imagen mucho más real y fiel de lo que es la vida en las zonas rurales. Como ejemplo, empresas de ámbitos agroalimentarios, culturales, deportivos o turísticos expondrán sus experiencias, que unen el encanto del mundo rural con la innovación. Una prueba que no hace más que confirmar que la nueva ruralidad ha llegado para quedarse.