El Ayuntamiento de Vila-real está estudiando la posibilidad de ampliar las zonas degradadas o deslocalizadas del casco urbano que se pretenden recuperar para «volcar todos los aprovechamientos urbanísticos comprometidos por el PP y a los que todavía no se había dado cumplimiento porque no era más que una estafa», según defendió una vez más el alcalde, José Benlloch. Esta sería una de las principales conclusiones de las jornadas organizadas por el consistorio el pasado martes, en las que técnicos y profesionales «gente con conocimientos que nos hizo reflexionar sobre la posibilidad de intentar obtener más metros de techo dentro de lo urbano».

En un estudio al detalle de las disponibilidades de urbanización existentes, sin necesidad de recalificar suelo rústico, el ayuntamiento ya anunció su intención de «renovar, regenerar y rehabilitar todo lo urbano, zonas industriales degradadas o deslocalizadas, pero sin recalificar nada, sino colmatando lo que ya existe pero está abandonado», como explicó el edil del área, Emili Olbiol. En concreto se habrían identificado siete zonas: los alrededores de la avenida Grecia, del Botànic Calduch, de Maderas Clemente, los antiguos terrenos de Azzuvi, las manzanas del PGOU 532 y 536 y algunas zonas de Espai Vila-real y la ciudad del transporte.

Una vez celebradas las jornadas y tras escuchar a los especialistas, el consistorio está abierto a estudiar e incluso incorporar nuevas áreas, como por ejemplo la que se encontraría en el límite del polígono industrial de la carretera de Onda y el casco urbano, por poner un ejemplo de otros posibles, que pasarían también por dotar de mayor aprovechamiento a otros puntos, en definitiva, consiguiendo el máximo de metros de techo disponibles «sin vender la luna o marte como hicieron en la última legislatura del PP», tal y como criticó Benlloch.

Lo que es indiscutible es el posicionamiento municipal respecto a una posible modificación del PGOU. El alcalde explicó que con una modificación del Plan General «se trataría de recalificar terrenos que no tienen expectativa de ser urbanos en el futuro» y aunque reconoció que el ayuntamiento «tiene la prerrogativa pública» de tomar este tipo de modificaciones «no tiene ninguna salida ni a medio ni a largo plazo y solo supondría hacer la pelota más grande, cobrar más IBI, pero arruinar a la gente. Nosotros no vamos a estafar ni a engañar a más gente».

La idea es que todo esté listo para que la Conselleria dé el visto bueno a esta propuesta de manera que puedan empezar a volcarse los aprovechamientos en seis meses.