La lectura del libro «¿Dónde está mi tribu?» de Carolina del Olmo fue lo que inspiró a la castellonense Silvia Ferrer a impulsar el taller de crianza. Vecina del barrio Raval Universitari de Castelló y voluntaria activa en la asociación de vecinos, esta mamá de 39 años vio la necesidad de crear un grupo —una tribu— en donde las madres y padres con niños pequeños pudieran compartir el día a día de la crianza. Además, este espacio de reunión permite acabar con la soledad en la que se encuentran algunos padres durante los primeros meses de vida del bebé.

Según explica Silvia, el taller se celebra los lunes cada quince días y la charla empieza con una breve presentación de cada uno de los participantes. «Primero decimos nuestro nombre, presentamos a nuestro bebé y, a continuación, comentamos algo que nos preocupe en ese momento o que, simplemente, queremos abordar por tener más opiniones al respecto», apunta Silvia. Según comenta la impulsora —y del Olmo también lo abordar en su libro— «actualmente no existe ese apoyo que había antes en los pueblos y, ahora, las madres, sobre todo primerizas, no sabe dónde ir cuando se sienten solas». «Antes, la familia, incluso los amigos, forman una red de refuerzo y había más gente alrededor en la que poder apoyarte», apunta. «En las grandes ciudades hay mucha soledad durante la crianza. Incluso en urbanizaciones que están separadas del centro hay familias que no hablan ni con el que vive al lado», añade. Es por ello que en el barrio se apostó por recuperar ese contacto de antaño y crear un espacio «donde plantear un tema y poder hablar sobre él».

Temas a abordar

Los temas que se abordan son muy diversos, desde la lactancia materna hasta conceptos relativamente nuevos para algunos padres como el «baby-led-weaning» (alimentación complementaria a demanda), pasando por el porteo, la higiene, el pauperio, el colecho, la educación en otros idiomas o a qué colegio o escuela infantil llevar al niño.

La iniciativa acaba de arrancar y ya cuenta con la participación de seis madres que acuden de manera irregular. Pese a que está pensado para los socios de la asociación de vecinos, Silvia asegura que «puede venir quien quiera, no pedimos el carné a nadie». Además, este servicio se complementa con las clases de educación maternal que todos los miércoles imparte una matrona en el barrio.