¿Le sorprendería que en una oferta de trabajo uno de los requisitos fuera tener ética y responsabilidad? Pues según el investigador de Ingeniería y Gestión Responsable de la Universidad de Burgos, Óscar J. González, eso es, precisamente, lo que están demandando las empresas. Así lo expuso ayer en la primera conferencia de las jornadas «Nuevas perspectivas en la gestión de la responsabilidad social en las universidades» que se inauguró en el Edificio de Rectorado de la Universitat Jaume I (UJI) de Castelló. Según explicó el profesor González, «ya no vale llegar al aula, dar una clase magistral mientras los alumnos dan cabezazos asintiendo y marcharse, para que después los alumnos vomiten los contenidos». Para el experto, las universidades cumplen mucho más que la simple función de formar profesionales. Tienen la misión de formar personas, porque así lo está pidiendo el mercado laboral.

Atrás queda la creencia de que las universidades son «fábricas de profesionales cuyo objetivo es sacar peones para que se pongan a trabajar», apuntó González. Ahora, las empresas empiezan a demandar que sus empleados «sea gente con valores, con principios, que no sean unos corruptos —tengan ética—, se preocupen por los demás —cooperación— y avalen la transparencia en la gestión». Estos factores son, pues, los pilares de la responsabilidad social. Y como dijo Óscar J. González, la universidad no puede ser ajeno a ello. Por eso, la necesidad de incluir en el proceso de aprendizaje aspectos tan importantes como el aprender a ser y el aprender a convivir. «Hasta ahora, el aprendizaje se basaba en el aprender a saber, esto es la formación, y el aprender a hacer, lo que sería las habilidades. No obstante, también tenemos que enseñar a saber comportarse, la ética, cooperativismo, el trabajar por los demás,... toda una serie de actitudes que también hay que desarrollar y que muchas veces olvidamos», añadió.

En esta línea está trabajando la Universitat Jaume I, a través del Plan RSUJI, desarrollando el Código Ético, un documento que recogerá los valores que definen el carácter y la identidad de la universidad, así como las normas que tienen que inspirar la conducta de los miembros de la comunidad universitaria. Para que este proyecto salga adelante, el profesor González señaló la necesidad de que todos los grupos de interés (profesores, alumnos y empleados) «abandonen el miedo para que puedan cambiar las cosas». Y con la música de Coldplay de fondo, el investigador concluyó su ponencia asegurando que «el poder cambia las cosas, cada uno tiene una misión y todos juntos podéis hacer el cambio». «Estad orgullosos de ser universidad y, como dijo Gandhi, no hay camino para la paz, la paz es el camino. En nuestro caso, no hay camino para la Responsabilidad Social, la Responsabilidad Social es el camino», concluyó.

Actualmente hay 39 universidades con planes de RSU (responsabilidad social Universitaria) de las que 35 son públicas y cuatro son privadas. Otras 39 están consideradas preRSU porque, a pesar de que no tienen un plan específico, organizan charlas, cursos y talleres de la materia. En la Comunitat Valenciana, las universidades RSU son la Universitat Jaume I (UJI) de Castelló, la Universitat de València (UV), la Universidad Miguel Hernández de Elx y la Universidad de Alicante (UA). En el caso de la UJI, en breve se redactará la memoria que recogerá el Código Ético que tendrá que se prevé presentar en junio de 2017.

Las jornadas fueron inauguradas por el rector de la UJI, Vicent Climent, quien resaltó que las universidades «tienen que ser el referente de los comportamientos morales y un ejemplo para la sociedad». «Es por ello que nos encontramos inmersos en un debate de reflexión para elaborar nuestro código ético para que la universidad siga siendo el referente en la formación de profesionales y, sobre todo, de ciudadanos», apostilló Climent.