Todas las comparaciones son odiosas y en el mundo del fútbol aún más. El Castellón de hace un año presumía de nadar en abundancia a pesar de estar igual de mal que ahora a nivel económico. Se fichó a mansalva, igual que en este curso liguero, se hicieron fichajes de bastante renombre para lo que es la categoría. Al final se cumplió con el objetivo de estar entre los cuatro primeros clasificados y el final fue el peor que se podría haber escrito: sin ascenso por un penalti. Lo que sucederá en el presente campeonato es tiempo por venir: futuro.

Lo que sí se sabe a ciencia cierta es que la situación institucional es algo más caótica que la temporada pasada y el divorcio grada-club se ha acentuado hasta límites insospechados, ahora con las autoridades municipales también en la lucha por desalojar al presidente David Cruz de la poltrona. A nivel deportivo, con la mitad del presupuesto de la temporada pasada, se ha confeccionado un equipo sin tantos nombres como la anterior, aunque igual de implicada o quizá más en la causa.

Los registros indican que, tras veintisiete partidos disputados, hay números que superan a los de la campaña anterior en la que también se sentaron dos entrenadores en el banquillo (primero con Ramón María Calderé y después con Kiko Ramírez). La aportación de la gente de la provincia fue igual de escasa. Imperdonable que estando en Tercera la gente de la cantera o futbolistas castellonenses apenas tengan protagonismo, tirando de la cartera cuando ésta está vacía.

A nivel de números, en el mismo número de partidos el Castellón 2016-17 suma cuatro puntos más (53 actuales por los 49 de la campaña anterior). Ha ganado un partido más, suma un empate más y una derrota menos. Es cierto que mete menos goles que la temporada 2015-16 porque los goles están muy repartidos y ha ganado solidez defensiva porque solo lleva encajados 15 goles, por los 29 del curso anterior tras jugar veintisiete encuentros.

Qué sucederá este año está por decidirse. Si los graves problemas (sociales y económicos) no afectan a la plantilla, hay madera para afrontar una nueva fase de ascenso a Tercera, que sería la cuarta y la tercera consecutiva. Pero si la plantilla estalla porque ya se les adeudan cuatro mensualidades habrá que ver cómo acaba este vía crucis albinegro por Tercera.