El empedrao se convirtió ayer en el protagonista absoluta de una jornada festival que se caracterizó por los contrastes. Por un lado, cientos de peñistas degustaron este plato tan típico en la celebración del Mig any fester de Les Penyes en Festes, mientras que a varios kilómetros de distancia, una veintena de personas celebraban el I Simposio sobre el Empedrao con un único objetivo: descubrir el origen de esta receta y determinar cómo y por qué se convirtió en una seña identidad local.

Es indudable que el centro neurálgico de la actividad estuvo en la plaza del Mercado, donde una multitud de personas respondieron a la llamada de la Associació Cultural de Les Penyes en Festes para celebrar que solo faltan seis meses para que la Vall d'Uixó se sumerja en su Semana Grande. Para ello escogieron el plato más típico que se disfrutó en un magnífico ambiente, en un día más primaveral que propio del invierno.

El contraste con una actividad tan multitudinaria llegó de la mano de los participantes en el I Simposio sobre el empedrao, en el que participaron, entre otros, el conocido cocinero valenciano Juan Carlos Galbis o el periodista y bloggero Paco Alonso. La idea de organizar esta actividad surgió de diferentes conversaciones entre aficionados a la gastronomía popular, según reconoce uno de sus impulsores, Pepe Tormo, que recordó que en varias ocasiones se había encontrado con Galbis o Alonso y habían debatido sobre los orígenes de la receta y sobre si el que se prepara en la Vall es o no el original.

A todas esas preguntas se trató de dar respuesta ayer «aunque el simposio se nos quedó corto», aseguró Tormo, aunque solo hizo falta servir la receta típica vallera en la mesa, para que los invitados mostraran su sorpresa, asegurando que «el empedrao de la Vall es diferencial al resto de los que se preparan por ahí y por lo tanto podría considerarse autóctono».

Análisis serio

En esta primera convocatoria se limitó el número de participantes «porque no se trataba de juntar a mucha gente para comer, sino de realizar un análisis serio». Tanto es así que ya se han emplazado para una nueva reunión, incluso comenzaron a plantearse otras actividades con el único objetivo de ensalzar y poner en valor una receta «que en los restaurantes parece que no tiene sitio, porque no es vistoso», aunque sin embargo es tan característico de la localidad, donde no hay una celebración que se precie donde no se sirva un buen plato de empedrao.

La conclusión a la que han llegado es que «trataremos de documentar hasta donde se pueda» porque aunque no parece que tenga sitio en la alta cocina, quien lo cata «se queda maravillado».