tras las presentaciones falleras y los acontecimientos sociales propios de las fiestas josefinas, con la exposición del Ninot los artesanos empiezan a tener protagonismo dentro del programa de las fiestas falleras, la exposición del Ninot y el indulto de este es un anticipo de lo que puede ser el monumento fallero.

Las fiestas josefinas cumplen este año oficialmente 89 años, aunque hay falleros que consideran que este es el año 90 de esta fiesta en Borriana. Hoy en día la exposición del Ninot es una parte más de la fiesta, cuando en realidad muestra de forma anticipada cómo podía ser la falla y la calidad artística que esta podría tener. Lo realmente triste, está en saber qué se hace con el Ninot Indultat después de quemar las fallas, porque no es que el polvo cubra los muñecos indultados, o que estén depositados en un local cualquiera. Lo triste es que los 90 años de fallas en esta ciudad, no se conservan ni un 15% de muñecos, indultar para tirar ha sido durante muchos años la realidad de esta exposición y del valor que se la ha dado al trabajo de los artesanos.

Es muy triste reconocer el poco interés que han tenido las distintas juntas locales en conservar el Ninot Indultat, incluso alentadas por manipuladores de las fiestas algunos de estos muñecos indultados se quemaron en el barrio de Onda. Es cierto que la falta de interés o de buenas intenciones forma parte de la desmotivación de algunos artesanos a la hora de presentar un Ninot realizado exclusivamente para esta exposición. Dedicarle el tiempo necesario para competir supone una gran inversión de dinero, y si el artesano ve que su trabajo tras ser indultado se le respeta y se mantiene en condiciones óptimas, posiblemente realizaría un mayor trabajo aunque estos le supusiera mayor esfuerzo personal y económico

Hace noventa años cuando se plantó la primera falla en esta ciudad, el Ninot se vestía con tela, se le daba forma con la paja propia que envolvía las botellas de cava. Esta forma de trabajar se mantuvo durante muchos años, de los muñecos que indultaron entonces no queda ninguno. Años después los muñecos se vestían con cartón, la base era un maniquí y con cartón se realizaban vestidos extraordinarios, pero tampoco hay muñecos indultados de estos tiempos.

A partir de los años setenta comenzaron a modelar los muñecos con barro, de estos muñecos algunos se pueden recuperar porque están los negativos de escayola. Con la llegada del corcho los sistemas de ordenador que retienen los diseños se podrían recuperar los muñecos indultados si es que no han sido capaces de guardar a buen recaudo los muñecos indultados en los diez o doce últimos años.

Esperamos que con la llegada del proyecto del futuro museo fallero estas deficiencias se reparen de una vez por todas.