« Así, así, así gana el Madrid» bramó la noche del domingo la afición que asistía al Estadio de la Cerámica ante el penal que el árbitro extremeño señaló contra el Villarreal sin que, ante un balón al brazo de un jugador del Real Madrid en su área, fuera obviado por el colegiado. Ni una ni otra jugada debió ser señalada como falta máxima, puesto que, en rigor, una mano en el área sin intencionalidad no es penal, como recoge ahora mismo el reglamento. No es una decisión opinable, que queda a la interpretación del árbitro, sino que así está señalado. El penal fue gol y, a mayor abundamiento, en una falta cometida por el Madrid, clara y no señalada, dio lugar a la consecución del tercer gol del Madrid. Como quiera que en otra jugada desgraciada el portero Asenjo sufrió por cuarta vez la rotura del ligamento cruzado, convendrán con nosotros en que la derrota de los locales era una decisión de los dioses, del destino o de la desvergüenza de un árbitro, extremeño por más señas, que el Villarreal debería recusar por los siglos de los siglos.

Lo de la cuarta lesión de Asenjo, de las mismas características de sus tres anteriores, rotura del ligamento cruzado, establece, en principio, una larga pausa en la carrera profesional del portero palentino, justamente cuando lideraba la clasificación del mejor portero de la liga española. Hasta la nueva temporada no volveremos a ver a Asenjo bajo los palos de la portería del Villarreal ni disfrutaremos con sus extraordinarias paradas.

Una noche aciaga la del domingo en el Estadio de la Cerámica, en la que el submarino había hecho méritos más que suficientes para llevarse la victoria. El título de la columna, un grano en el culo, resulta recogido de la afirmación de un aficionado amigo refiriéndose al Real Madrid, ese equipo que juega sus partidos con once futbolistas vestidos habitualmente de blanco, más otro de propina que marca goles sin tocar el balón, que viste de negro, lleva un silbato en la boca, que está para impartir justicia, fiel a la leyenda urbana según la cual la justicia es igual para todos, pero las penas señaladas, no. Esta vez, el sujeto llegaba del colegio extremeño, debería ser expedientado, pero no lo será, porque el Madrid es el Madrid y el Villarreal un estorbo que cuanto antes sea apartado de la Primera División, mejor que mejor. La lesión de Asenjo es una desgracia añadida porque con él el Villarreal tenía un seguro de vida. Se trata, sin exageración alguna, del mejor jugador de la plantilla y sobre sus actuaciones descansaban los éxitos del submarino hasta ahora.

La buena noticia es la manera en que el equipo afrontó el partido frente al Real Madrid, definitivamente controlado durante toda la primera parte, el gran partido que realizó Adrián como falso nueve, bajando de su posición a reforzar el centro del campo hasta que se quedó sin gasolina; la recuperación goleadora de Bakambu aprovechando un servicio exquisito de Bruno y el partidazo de Castillejo, todo ello en un tono de eficacia y buen juego del conjunto de todo el equipo, solidario y jugando a la contra, una estrategia que se mostró adecuada ante un rival tan poderoso como el Madrid al que superó durante la mayor parte del encuentro. Si añadimos la victoria ante la Real Sociedad, más el triunfo aunque insuficiente pero clarificador del estado de forma del equipo, convendremos en que el futuro inmediato pinta bien, a condición de que equipo compita como es debido.

Ante la lesión anterior de Asenjo, el Villarreal encontró en la cesión de un joven portero francés, una solución que difícilmente se repetirá, pero que deberá intentarse. Había sido hasta ahora el sistema defensivo la piedra angular sobre la que descansaba el buen rendimiento del submarino y en el que el meta de Palencia era el último y formidable valladar. Todo y lo dicho sin menospreciar al suplente Fernández, un portero en principio fiable que necesitará partidos para alcanzar la forma competitiva que solo da el ejercicio continuado en el equipo.

A destacar la buena entrada hasta llenar las gradas del Estadio de la Cerámica y el permanente aliento de los aficionados en un partido en el que los locales merecieron bastante más. El tiempo dará o quitará razones. Afortunadamente, los partidos ante el Real Madrid han finalizado para la presente temporada y es una lástima que un espectáculo como el que los extraordinarios profesionales del Madrid ofrecen se vea empañado por circunstancias que lo pervierten.