La preocupación empieza a ser máxima en el CD Castellón. El técnico Manu Calleja reconoció tras el partido perdido contra el Torrevieja en Castalia que en el plantel de futbolistas empiezan a haber nervios. Aunque el técnico quiso pasar de puntillas el gran problema que existe, que no es otro de la intranquilidad en el vestuario por el tema de los cobros, la realidad es que mañana, para muchos jugadores, se acumulará el cuarto mes sin cobrar a no ser que lo remedie el hombre que aún sigue rigiendo a su antojo a la entidad de la capital de la Plana.

Hay preocupación y, si no se pone remedio, el vestuario podría estallar. La paciencia tiene un límite y lo que no van a consentir, en muchos casos, seguir así mucho tiempo más puesto que ya se ha incumplido lo prometido en reiteradas ocasoines. Se descartan, de momento, adoptar medidas o hacer protestas, y los jugadores seguirán trabajando esperando acontecimientos. Sí que se recalca que hay mucha preocupación y que la semana se hace muy larga, pero que se intentan abstraer los domingos cuando les toca saltar al terreno de juego.

De la misma manera se sigue muy de cerca todas las informaciones que rodean al Castellón. Desde el vestuario albinegro se confía en que David Cruz ponga los pies en el suelo y que deje paso a alguno de los diferentes grupos que parecen estar interesados en hacerse con el control de la entidad castellonense. Un grupo que aporte soluciones a los principales problemas que tiene el club en Tercera, de tesorería, y que pueda ponerse al día a jugadores y cuerpo técnico.

También se quiere hacer constar que las dos derrotas consecutivas que han encajado ante el Alzira, que podría entrar dentro de las posibilidades, y frente al Torrevieja, que ha sido más sorprendentes, no van ligadas a un posible bajón anímico de la plantilla, se insiste en que se trata de una mala racha y los futbolistas están convencidos de que se enderezará el rumbo si es que le consigue dar estabilidad al club.

La versión del vestuario también es de apoyo total al entrenador Manu Calleja, que en todo momento está al lado de ellos, en especial en estos momentos tan complicados. El técnico está más o menos en una situación similar a la de ellos. Además, desde su llegada el 1 de enero pasado continúa sin tener diligenciada su licencia federativa, algo incómodo para cualquier entrenador porque a la hora de la verdad (los partidos) se ve obligado a tener que dirigir al equipo desde la grada.

Así es que la preocupación es notable en el vestuario de un Castellón que, por segunda jornada consecutiva, está fuera de las plazas de ascenso a Segunda B. Pese a ello los jugadores están tranquilos porque están en el grupo de candidatos que se repartirán las cuatro primeras plazas y pujarán por el ascenso.