Pero, cuando disfrutaba de uno de su mejores momentos deportivos, con llamada incluida del seleccionador Julen Lopetegui, el destino ha sido de nuevo cruel con él. Después de ser intervenido ayer por Pedro Guillén, Asenjo volverá a poner el contador a cero con la esperanza de volver lo más pronto posible.

El caso de Asenjo es extraño por excepcional, pero no inédito. Pepe Navarro, portero del Atlético de Madrid desde 1978 hasta 1982, soportó una coyuntura casi idéntica durante su periplo rojiblanco, equipo en el que también ha militado Asenjo y con el que aguantó su primer percance grave. «Cuando vi lo que le pasaba a Asenjo en el partido contra el Real Madrid, me vi retratado. Es un caso muy parecido al mío», explica Navarro.

«Le diría a Asenjo que en son momentos difíciles, pero que el reflejo lo tiene en las operaciones anteriores, en las tres veces que ha salido adelante. Que es joven. Yo me retiré con 30 años y por una lesión de hombro. A mí no me hubiese retirado la rodilla. Si lo ha superado en la otra rodilla tres veces, lo volverá a hacer ahora», añadió Navarro.

6 lesiones y 4 operaciones

El exportero del Atlético soportó seis lesiones graves y cuatro operaciones quirúrgicas en menos de cuatro años y se convirtió, en su etapa, en uno de los futbolistas mas castigados por tal circunstancia. El hombre de cristal, se le llamaba entonces, cuando en enero de 1978, en un Atlético-Burgos, se rompió el cruzado anterior de la rodilla izquierda. En marzo fue operado por el doctor Cabot. En junio de ese año, Navarro se rompió el menisco interno de la pierna izquierda y tuvo que pasar por segunda vez por el quirófano. Reaparecería en noviembre, contra Las Palmas, pero volvía a caer lesionado con una distensión de ligamento interno.

A comienzos de 1979, la rodilla se le inflamó mucho y en verano necesitó pasar, por tercera vez, por el quirófano. En 1980, en un partido contra el Salamanca, chocó contra un palo de la portería al realizar una parada y se rompió el ligamento cruzado posterior. Cuarta visita al quirófano. Consiguió rehabilitarse, pero a finales de 1981 cayó en mala posición al atrapar un balón aéreo en un encuentro contra el Sevilla y se produjo una luxación de clavícula. A finales de ese curso se retiró.

«Me imagino lo que está sufriendo Asenjo. Estaba en un gran momento y son cosas que duelen mucho. Pero son momentos que lo pasas peor por tu gente, por tu familia, que sufre contigo», concluye.