La Enfarolà de El Fadrí volvió a iluminar la noche de Castelló. El entregado público presente disfrutó con un acto ya tradicional en el amplio programa de la Magdalena y que, de alguna forma, sirvió de anticipo para los castillos de fuego que se sucederán a partir de la semana próxima.

La iluminación del campanario se estructuró en dos actos bien diferenciados. En el primero, más corto, se procedió a la exaltación propiamente dicha de la torre. En el segundo, de mayor duración, la participación de los asistentes resultó determinante para el propósito de su diseño, ya que el espectáculo requirió de la implicación de los castellonenses para dotar de valor y sentido a los diferentes correfocs organizados.

En cualquier caso, la introducción musical de Xaloc dio paso a la exhibición pirotécnica de la empresa Reyes Martí, que incrementó la intensidad del alumbrado con una repetición de carcasas. Ese momento marcó un punto de inflexión, ya que seguidamente se desarrollaron los correfocs a cargo de los Dimonis de La Plana, los Botafocs del Grau y los Diablos de Castelló.

El inicio por Colón tuvo continuación por las calles más céntricas de Castelló. Esto es, Cardona Vives, plaza de la Paz, Gasset, Puerta del Sol, calle Enmedio y Antonio Maura y Caballeros. El remate final se efectuó en la plaza Mayor.

La Enfarolà estuvo a la altura de uno de los emblemas más importantes de Castelló. Así, tanto las reinas, Estefanía Climent y Berta Montañés, como su corte de honor y el equipo de gobierno disfrutaron con la combinación de música y luz.