El Pregó marca cada año el estado de ánimo de la Magdalena. En los últimos tiempos la climatología adversa, con frío, agua y viento, había rebajado la espectacularidad del desfile costumbrista, abriendo así unas fiestas demasiado pendientes del cielo.

Ayer, contrariamente a lo que parecía habitual, la temperatura se alió con la ciudad. Con un calor más propio de finales de primavera, la cabalgata resultó un anticipo realmente prometedor de lo que se avecina en la semana grande. La alegría y la ilusión de los 3.000 participantes contagiaron a los miles de castellonenses que disfrutaron sentados, como pocas veces, del anuncio de las fiestas patronales.

Un total de 44 poblaciones de la provincia, 27 asociaciones locales y 29 carrozas llenaron de tradición el centro de la ciudad, con el valor añadido de volver a atravesar la calle Mayor.

Cada grupo cumplió fielmente con el guión marcado. El Pregó se estructuró en cinco partes. Tras el paso de la colla de Dolçainers i Tabaleters, la mitología castellonense comandó el cortejo. Los personajes de Josep Pasqual Tirado, como Tombatossals, estuvieron presentes a lo largo de las más de cuatro horas del desfile. Junto a ellos, los colectivos ligados a la historia fundacional de la ciudad, como la Germandat del Cavallers acompañando al Rey Jaume I, a Na Violant D´Hongria y sus damas de compañía, pusieron el toque sentimental.

También dotarán de contenido y ritmo, las filaes de Moros d´Alqueria, la asociación L'Aljama representando a la minoría hebrea que convivió en el medievo castellonense, los piratas berberiscos de la Colla Bacalao y los grupos de danza aragonesa, que cerraron esta parte del cortejo.

A partir de aquí, llegó el turno de la provincia. La delegación de Alcalà de Xivert encabezó una comitiva que despertó admiración entre los castellonenses. El paso de las carrozas de Almassora, Benicàssim, Orpesa o Benafigos recibieron grandes aplausos, mostrando en toda la extensión de la palabra la riqueza cultural y patrimonial de las diferentes comarcas de Castelló. El cierre de Vila-real dio paso a la delegación de Murcia, acompañada por las reinas de Jérica, La Llosa, Lucena, Moncofa, Onda y Xilxes.

La intensidad aumentó con el protagonismo de Castelló ciudad y su término municipal. La escuadra de Trabucaires Xaloc abanderó un séquito, dividido en dos fracciones. En la primera las diferentes agrupaciones, así como algunas asociaciones de vecinos, mostraron el esplendor de la cultura y patrimonio local. Diferentes carrozas engalanadas para la ocasión incrementaron el colorido de esta parte del Pregó. Además, sirvieron de aperitivo para el cierre final.

El desfile de las diferentes Gaiatas, con los estandartes y las comisiones, dejaron paso al Pregoner, Miguel Tirado Alegre, el encargado de recitar los versos de Bernat Artola anunciando a los castellonenses «Que ja el dia és arribat, de la nostra Madalena» y deseando que la semana grande «siga plena de goig pur i verdader».

Turno del Pregoner y las reinas

Miguel se sintió durante varias horas una persona dichosa. Siguiendo los pasos de su padre, quien ya había tenido el honor de ostentar el cargo en los años 50 y 60, cumplió uno de sus sueños de niñez, alcanzando lo máximo para cualquier castellonense que ama la Magdalena.

No fue el único en sentir esa sensación de orgullo. También las reinas de las fiestas, Estefanía Climent y Berta Montañés, vivieron momentos muy especiales. El aplauso y cariño de los castellonenses elevaron la dosis de emoción, un reconocimiento que igualmente percibieron las damas y madrinas de la ciudad.

Como es tradicional, la banda municipal culminó el multitudinario desfile, ya entrada la noche. Y lo hizo con un sentir general de satisfacción, tanto por la exitosa ejecución del Pregó como por la climatología favorable, con una agradable temperatura que contribuyó a la belleza de cada uno de los espectáculos tradicionales que se desarrollaron en la cabalgata. Así, por ejemplo, el Centro Aragonés no dejó a nadie indiferente con sus jotas cantadas y bailadas. Tampoco pasaron desapercibidos los piratas berberiscos de la Colla Bacalao, ni los majestuosos Moros d´Alqueria.

En este sentido, las filaes cautivaron por su vistosidad. La fastuosidad de los trajes intensificaron el efecto sobre los espectadores, que ovacionaron a los moros y a las moras durante la realización del desfile.

Del mismo modo, las aves rapaces, como águilas o halcones, de la asociación cultural l´Aljama, gustaron, especialmente al público más joven, impactado por el paso de la carroza.

En definitiva, el Pregó auguró unas fiestas muy participativas. No en vano, para hoy se espera una Romeria de les Canyes multitudinaria, habida cuenta que las previsiones meteorológicas garantizan calor y un cielo despejado, sin amenaza de lluvias.