Como ocurriera en la pasada temporada, el Castellón ha salido reforzado de la semana de fiestas de la Magdalena. El equipo albinegro ha sumado frente a Almazora y Recambios Colón los seis puntos en liza, y refuerza su candidatura a disputar la promoción de ascenso. El entrenador Manu Calleja ha encadenado por vez primera dos victorias consecutivas, justo cuando la temporada, entre lesiones, impagos y pinchazos, amenazaba con escurrirse antes de hora. El punto de inflexión se remonta probablemente a la derrota en el Martínez Valero ante el Elche Ilicitano. En concreto, a la comida posterior en Alicante. El cuerpo técnico y la plantilla se dijeron lo que se tenían que decir. Ocurrió en el restaurante La Tagliatela, y de ahí surgió la conjura que por ahora mueve el deseo competitivo de los futbolistas.

«La derrota de Elche hizo mucho daño», admite ahora el centrocampista Ximo Forner, una de las referencias del grupo. «Nos dejó muy tocados, encima por cómo fueron los goles. Es el típico partido que da que pensar». La de Elche era la tercera derrota consecutiva a domicilio. La cuarta en los cinco partidos precedentes. La dinámica negativa de resultados alejaba al Castellón de sus objetivos. «En la comida posterior habló el míster, también algunos jugadores. Hubo conjura». El vestuario resolvió que «lo que podemos controlar es lo que pasa en el campo, lo demás escapa de nuestras manos. Sabemos que el camino será duro y largo, pero que si somos nosotros, si jugamos como sabemos en los partidos que quedan, al final estaremos en el play-off». «Lo vamos a dar todo hasta el final», añade, «y la afición sabe que somos un equipo comprometido. En Sedaví ganamos pero costó mucho. Ganamos porque somos un equipo que sabe sufrir». El Castellón respondió a un panorama límite con la primera victoria a domicilio de 2017.

Esa ambición futbolística no riñe con la preocupación por los impagos. «Llevamos varios meses sin cobrar y eso jode. La situación es la que es y si se resolviera lógicamente todo sería más fácil». El presidente David Cruz visitó el viernes el vestuario, en el último entrenamiento de la semana. «Nos pidió paciencia pero es complicado», señala Forner, «de momento estamos a la espera. Se escuchan muchas cosas pero a nosotros no nos llega nada claro. Esperemos que se solucione por el bien de todos, principalmente por el bien del club. ¿Cuál será la solución? No lo sabemos».

El corto plazo

Mientras aguarda una solución a la problemática institucional, el vestuario mira de reojo a los rivales directos en cada jornada. Ayer no fue mal día: pincharon Novelda, Orihuela y Ontinyent. «Las segundas vueltas siempre son muy duras, porque los equipos de abajo están necesitados y van sacando puntos. Cada jornada es más difícil ganar», apunta Forner. «El final aún queda muy lejos, y lo mejor es ir semana a semana». La cita más próxima para los albinegros será el domingo en casa. Los de Calleja recibirán al Crevillente en el estadio Castalia.